El agua es
un bien natural y un derecho fundamental, imprescindible para la vida y
condición elemental para el acceso a otros derechos como son el derecho a la
salud, a la alimentación y al bienestar general de las personas.
La crisis
del agua que se vive en el territorio nacional ha sido provocada por el
deterioro de los ciclos y las fuentes de agua, por los impactos del cambio
climático y agravada en extremo por una administración estatal contraria a los
principios del derecho humano al agua, la justicia climática y el cuidado de la
Madre Tierra,
Esta crisis,
que puede considerarse como una crisis humanitaria de dimensiones alarmantes en
algunas regiones y ciudades, ha obligado a la población a proveerse de agua en
condiciones precarias - en muchos casos por fuera del sistema de saneamiento,
afectando a los más vulnerables, en particular a las mujeres, obligadas a
intensificar el uso de su tiempo, sacrificando inclusive sus horas de descanso
y arriesgando su seguridad personal.