Pagina Siete.- El alambrado en Gundonovia, símbolo de la resistencia en el Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), cumple 50 días de
haber sido instalado y los activistas dicen que permanecerán hasta que
el Gobierno desista de la consulta.
Decenas de indígenas, activistas nacionales y algunos extranjeros permanecen en la zona para asumir defensa del Isiboro Sécure para que no atraviese una carretera por el medio de ese territorio, constató Página Siete que estuvo en ese lugar.
El cochabambino Fernando Machicao participó en parte de la VIII marcha indígena en 2011 y recorrió los 600 kilómetros de la IX marcha que se realizó entre abril y julio para evitar que la carretera entre San Ignacio de Moxos (Beni) y Villa Tunari (Cochabamba) destruya el núcleo del TIPNIS. Dice estar firme en el primer punto de resistencia.
“Defiendo los derechos indígenas de las mentiras que maneja el Gobierno. Su derecho al territorio, a su dignidad y que no avasallen sus instituciones. Esa mentira del Gobierno que alguna vez apoyamos porque pareció ser un gobierno indigenista y revolucionario, ahora no es más que otro gobierno neoliberal”, declaró a Página Siete.
Machicao es uno de los pocos que no se atemoriza en mencionar su nombre públicamente. Los demás optan por recurrir al anonimato por el temor de que instancias del Gobierno y de la Policía puedan perseguirlos.
“Me comprometí a estar con ellos (los indígenas), convivir con ellos todo el tiempo que sea necesario, hasta que encuentren su “Loma Santa” (creencia indígena de una tierra sin mal). Ellos han estado buscando nuevos territorios ante el avasallamiento de colonizadores, pero también de ganaderos, madereros, contra quienes han luchado a muerte, reconoció uno de ellos en la comunidad de San Pablo.
Aseguró, sin embargo, que esta resistencia no es violenta como lo está queriendo mostrar el Órgano Ejecutivo. “Los comunarios pasan por los lugares de resistencia, nadie tiene problemas. Los médicos, los educadores llegan y pasan a Trinidad sin problemas. Nosotros sólo estamos resistiendo que nadie ingrese a realizar la consulta”, aclaró otro de los activistas.
Por su parte, Dani (sólo dio su apodo) aseguró que la causa de los indígenas “es nuestra causa” porque “aunque vivimos en las ciudades, necesitamos un medio ambiente sano” y dijo que seguirá viviendo en el TIPNIS mientras el Gobierno siga intentando avasallar a los pueblos indígenas de ese parque.
Entre tanto, pobladores de esta región convocaron, a través de resoluciones comunales, a la población boliviana y otros activistas que defienden los recursos naturales a sumarse a la resistencia. Los activistas muchas veces no participan de las reuniones comunales.
No obstante, la Dirección General de Migración en Trinidad realiza un control estricto de gente extranjera para evitar que ingresen al territorio indígena a realizar actividades políticas.
Decenas de indígenas, activistas nacionales y algunos extranjeros permanecen en la zona para asumir defensa del Isiboro Sécure para que no atraviese una carretera por el medio de ese territorio, constató Página Siete que estuvo en ese lugar.
El cochabambino Fernando Machicao participó en parte de la VIII marcha indígena en 2011 y recorrió los 600 kilómetros de la IX marcha que se realizó entre abril y julio para evitar que la carretera entre San Ignacio de Moxos (Beni) y Villa Tunari (Cochabamba) destruya el núcleo del TIPNIS. Dice estar firme en el primer punto de resistencia.
“Defiendo los derechos indígenas de las mentiras que maneja el Gobierno. Su derecho al territorio, a su dignidad y que no avasallen sus instituciones. Esa mentira del Gobierno que alguna vez apoyamos porque pareció ser un gobierno indigenista y revolucionario, ahora no es más que otro gobierno neoliberal”, declaró a Página Siete.
Machicao es uno de los pocos que no se atemoriza en mencionar su nombre públicamente. Los demás optan por recurrir al anonimato por el temor de que instancias del Gobierno y de la Policía puedan perseguirlos.
“Me comprometí a estar con ellos (los indígenas), convivir con ellos todo el tiempo que sea necesario, hasta que encuentren su “Loma Santa” (creencia indígena de una tierra sin mal). Ellos han estado buscando nuevos territorios ante el avasallamiento de colonizadores, pero también de ganaderos, madereros, contra quienes han luchado a muerte, reconoció uno de ellos en la comunidad de San Pablo.
Aseguró, sin embargo, que esta resistencia no es violenta como lo está queriendo mostrar el Órgano Ejecutivo. “Los comunarios pasan por los lugares de resistencia, nadie tiene problemas. Los médicos, los educadores llegan y pasan a Trinidad sin problemas. Nosotros sólo estamos resistiendo que nadie ingrese a realizar la consulta”, aclaró otro de los activistas.
Por su parte, Dani (sólo dio su apodo) aseguró que la causa de los indígenas “es nuestra causa” porque “aunque vivimos en las ciudades, necesitamos un medio ambiente sano” y dijo que seguirá viviendo en el TIPNIS mientras el Gobierno siga intentando avasallar a los pueblos indígenas de ese parque.
Entre tanto, pobladores de esta región convocaron, a través de resoluciones comunales, a la población boliviana y otros activistas que defienden los recursos naturales a sumarse a la resistencia. Los activistas muchas veces no participan de las reuniones comunales.
No obstante, la Dirección General de Migración en Trinidad realiza un control estricto de gente extranjera para evitar que ingresen al territorio indígena a realizar actividades políticas.
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