El Diario.- El Estado boliviano ya suma 800 millones de dólares de subvención a los
hidrocarburos y mientras se prevé un incremento del 20 por ciento para la
gestión 2013, la economía nacional se debate nuevamente entre vivir con esta
situación o apelar al gasolinazo, que ya demostró ser inaplicable por su costo
social y político.
Los temores de un nuevo gasolinazo a fin de año, tal como ocurrió el día
después de Navidad del 2010, fueron despejados por el presidente Evo Morales el
martes cuando anunció que pese a no convenir al Estado, la medida se mantendrá
aunque se debe debatir qué es lo que conviene al país.
“Está bien, hay que subvencionar a nuestro pueblo, pero no a los peruanos a
los brasileños a los paraguayos o a otros países vecinos”, dijo y ejemplificó el
caso del gas licuado de petróleo que en Bolivia cuesta Bs 22 mientras que en
Perú llega a Bs 130, situación que genera contrabando y enriquecimiento de
algunos grupos familiares.
La oposición no tardó en criticar al mandatario, pues su “revelación” sobre
el precio del carburante en la región queda registrada como un improperio para
la sociedad que vive y evidencia esta situación día a día.
El líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, mediante su cuenta de
Twitter lamentó que el mandatario “recién reconozca” el problema del contrabando
al Perú y confirme que la garrafa de gas es muy apetecida en el mercado de
Desaguadero.
La subvención es el mecanismo por el cual el Gobierno paga el excedente del
precio internacional fijado a los derivados del petróleo, para beneficio del
mercado interno. Es decir, el Estado paga los centavos que deberían cancelar los
bolivianos por cada litro de gasolina, gramo o molécula de gas licuado y gas
natural, así como el jet fuel de los aviones y helicópteros.
Las familias bolivianas, los transportistas y los industriales son los
directos beneficiados de un monto que se prevé llegue a los 1.000 millones de
dólares en los siguientes meses.
Los intentos de nivelación de estos precios, más conocidos como los
“gasolinazos” fueron aplicados en cada gestión de Gobierno desde el retorno a la
democracia, dejando la popularidad de los regímenes por los suelos. Su
aplicación se dio siempre a fin de año, cuando el poder adquisitivo de la
población sube y las movilizaciones sociales tienen poca convocatoria. Así lo
intentó hacer el régimen de Evo Morales el 26 de diciembre de 2010, pero su
intento fracasó en menos de una semana al evidenciarse los levantamientos
sociales que marcaron un quiebre en el respaldo ciego a la administración
gubernamental.
El diputado de Convergencia Nacional (CN), Luis Felipe Dorado, dijo que una
subida en los precios de los hidrocarburos sería devastador para la economía
nacional y planteó la reconversión energética como una salida a largo plazo,
cuya aplicación debería ser encomendada a la iniciativa privada, pues en el
Gobierno se ha demostrado la incapacidad para lograr este fin.
“Debe plantearse en el país facilidades para un cambio de matriz energética
mediante la conversión a gas natural vehicular (GNV), lo que debería dar lugar a
una planificación que reduzca la dependencia del parque automotor hacia los
combustibles líquidos”, señaló.
Mientras el debate se alista a salir del ámbito político para ser tratado por
la sociedad y las organizaciones corporativas, el Gobierno continuará con la
subvención que quita mil millones de dólares a las arcas estatales, convirtiendo
cualquier cifra en ficticia, pues la economía nacional depende de los precios
internacionales.
DATOS
Porcentajes de nivelación de hidrocarburos (gasolinazos) en 20 años
- Jaime Paz Zamora 35% (1991)
- Gonzalo Sánchez de Lozada 9% (1993)
- Hugo Banzer Suárez 28% (1997)
- Carlos Mesa 10% (2005)
- Evo Morales 73% (2010) –derogado-
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