Raul Prada.- Hasta aquí, antes del primer ingreso de las
brigadas de la “consulta”, su fracaso, la ampliación del plazo, el segundo
ingreso de las brigadas y la supuesta culminación de la misma el 7 de diciembre
de 2012, no se había realizado la “consulta” espuria
del gobierno. “Consulta” que ya de por sí era nula de pleno derecho por los
argumentos vertidos. No cumplía con las condiciones iniciales de la consulta,
es decir, con la estructura normativa y conceptual de la consulta establecida
en los convenios internacionales y en la Constitución. No contaba con el
consentimiento de las naciones y pueblos
indígenas originarios, no era ni
previa, ni libre, ni informada. Además de no respetar los derechos de las
naciones y pueblos indígenas originarios, consagrados en la Constitución; no
respeta la autonomía, el autogobierno, la libre determinación, las
instituciones y las normas y procedimientos propios. Tampoco respetó para nada
le Ley 180, que defiende al TIPNIS, llamada ley de la intangibilidad del
TIPNIS, tan abusivamente interpretada por el vicepresidente, como si se tratará
de un código metafísico, creyendo que se trata de algo intocable. Con esto se
muestra el desconocimiento de los altos dignatarios de la jurisprudencia de
intangibilidad, aplicada en otros países, además de la propia zonificación del
SERNAP, que define a una de las tres zonas del TIPNIS como altamente
vulnerable, entonces a la que se puede aplicarle la norma de intangibilidad, en
el sentido de que se cierra a toda actividad extractivista y de aprovechamiento
que afecte el equilibrio ecológico y la sostenibilidad del bosque.
Lo que viene en después, es la ejecución de
la “consulta” espuria, con todos los altibajos y contradicciones del gobierno.
En principio, no cumplen con el primer plazo para la “consulta”; el Congreso se
ve obligado a ampliar el plazo hasta el 7 de diciembre. Esta falla en la
ejecución se debió a la resistencia de las comunidades de la TCO del TIPNIS a
la “consulta”. Después el gobierno intenta hacer la “consulta” en Trinidad, la
ciudad capital del departamento del Beni, mostrando abiertamente la
descabellada concepción que tiene sobre la consulta con consentimiento, previa,
libre e informada, evidenciando nuevamente la total falta de escrúpulos para
llevar adelante el escandaloso atropello, sin importarle guardar un mínimo de
compostura. Las autoridades salen en defensa de semejante despropósito,
diciendo que una consulta se puede hacer en cualquier parte, que los protocolos
de la ley de consulta no establecen dónde se la hace. Estos hechos que parecen
formar parte de una comedia brutal son la crónica del itinerario de atropello a
los pueblos indígenas. La realidad supera a la imaginación. Sin embargo, no fue
el camino optado por el gobierno; se siguió adelante con la ejecución de la
“consulta” espuria. Para esto se emplearon todos los medios de desinformación y
manipulación; maniobras de los datos de las comunidades, cuáles son comunidades
que pertenecen a la TCO del TIPNIS, cuáles son chacos y no comunidades,
recursos a la prebenda y el clientelismo, manipulación de la información;
cuando entraban a alguna comunidad, preguntando si quieren el desarrollo, el
progreso, escuelas, postas sanitarias, atención del Estado; por lo tanto, si
quieren esto, deben exigir el levantamiento de la intangibilidad. No se
preguntó directamente sobre si quieren la carretera y por dónde, no se brindó
la información requerida, como la información de impacto ambiental. No se
respondió a la pregunta que merodeaba en el aire de por qué la carretera se
diseñó por donde prácticamente no hay comunidades, salvo dos, y no por las
zonas aledañas a los ríos Isiboro y Sécure, zonas donde se concentran muchas
comunidades. Ante la notoria resistencia de comunidades, se ingresaban a ciertas
horas, se capturaban algunas familias, a veces incluso sólo una, se entregaban
arroz y azúcar, se les hacía firmar la recepción, haciendo valer esto como
aceptación de la carretera. La preocupación del gobierno era notoria; lo que le
interesaba era suspender la condición de intangibilidad para volver a
re-zonificar el territorio indígena y parque, buscando levantar los resguardos
que había establecido el propio SERNAP para la zona vulnerable, el núcleo del
TIPNIS.
Al gobierno no le interesa, de lejos,
cumplir con la estructura normativa y conceptual de una verdadera consulta;
tampoco le interesa guardar las apariencias. Sólo quiere contar con el simulacro
de consulta para llenar aparentemente los requisitos constitucionales e
internacionales; decir que el gobierno consultó y la respuesta es favorable a
la carretera. Requiere cualquier documento que encubra el atropello, mostrar en
los escenarios comunicativos estadísticas, aunque estas sean de dudosa
procedencia, adulteradas y fraudulentas. Lo que importa es aparentar,
justificar con datos. Enamorados ellos, sobre todo el vicepresidente, de una
falsa objetividad. El montaje de la “consulta” debe venir acompañada por los
resultados, la estadística oficial; el Estado avala semejante cometimiento y
atentado contra la misma lógica estadística, pues no cumple con los mínimos
requisitos de la construcción del dato. Esta comedia debe venir acompañada por
la culminación de la obra de teatro, la presentación de los resultados al
público. Mejor si es una presentación política con los correligionarios y en una
capital departamental. Precisamente la capital del departamento amazónico del
Beni, Trinidad, que cobija a dieciséis pueblos indígenas. En este escenario la desfachatez
no tiene límites, se presentan los datos fraudulentos sin ningún escrúpulo,
éste lo han perdido hace mucho tiempo. Se festeja su aparente triunfo ante la
resistencia de las comunidades del TIPNIS. Se adelanta sin ningún desparpajo
que se van a tramitar los recursos para el tramo II de la carretera, que
atraviesa el núcleo del TIPNIS. Se vuelve a descargar la furia sobre la
supuesta intangibilidad, volviendo a los argumentos “metafísicos” de que ni las
hormiguitas podrían tocar el territorio bajo condición de intangibilidad. Esto
se lo dice sin rubor, quizás sin consciencia de lo que se dice, sin consciencia
del exabrupto, del sinsentido de esta elocuencia gubernamental.
Empero este teatro político no tiene sabor a
triunfo; hay un sin sabor en el aire. El gobierno sabe que no lograron entrar
como quería a la mayoría de las comunidades de la TCO del TIPNIS; se tropezó
con la resistencia tenaz de las comunidades, se enfrentó a la cruda realidad de
que no todo es manipulable ni objeto fácil de maniobra, a pesar de todos los
recursos del Estado, toda la violencia simbólica y física empleada, toda la
manipulación mediática, la complicidad del Órgano electoral, el Órgano
judicial, UNASUR y las dirigencias medias cooptadas, a pesar de haber logrado
dividir al CIDOB, la organización matriz de los pueblos indígenas del oriente
boliviano. El gobierno ha llegado al siete de diciembre desgastado, carcomido
por sus propias contradicciones, por la guerra sucia desplegada contra los
indígenas. A todo esto hay que añadirle el panorama de la descomposición, los
elevados y expansivos niveles de la corrupción que corroe la institucionalidad
del Estado. Esta decadencia contrasta con la multiplicación desmesurada, casi
desesperada, de la propaganda y la publicidad. Hasta se podría sugerir una
ecuación, la proliferación propagandista y publicista gubernamental es
inversamente proporcional al estado de cosas, a la situación política,
desequilibrada y vulnerada en su constitucionalidad, en su institucionalidad,
en lo que respecta a los objetivos caros del proceso de cambio. En esta
aparente victoria, el gobierno ha perdido; ha perdido imagen, ha perdido
credibilidad, ha perdido lo último de moral que habría quedado, ha perdido el
horizonte del proceso, ha perdido el respeto de las mayorías y ha perdido la
legitimidad.
La respuesta indígena no se hizo esperar. En
ERBOL se publica lo siguiente:
Los habitantes del
Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS) denunciaron este
viernes que el gobierno no consultó a todos los habitantes de la reserva
natural y realizaron una marcha de protesta en la ciudad de Trinidad; en el
mismo lugar, el gobierno cumplía un acto de celebración y suscripción de actas
de conclusión de la consulta[1].
Cerca de las 16.30, más de un centenar de
indígenas, entre hombres, mujeres y niños, agrupados en la Central de Pueblos
Étnicos Mojeños del Beni (CPEMB), protagonizaron una marcha de protesta en
rechazo a la versión del gobierno que señala que casi la totalidad de las
comunidades fueron consultadas y que todas pidieron la construcción de la
carretera Villa Tunari–San Ignacio de Moxos.
Laida
Nuñez, representante del CPEMB declaró:
“No es
cierto que más del 50 por ciento de las comunidades están de acuerdo con la
carretera, no estamos de acuerdo que la carretera pase por medio del territorio
indígena, no estamos en contra de la carretera, pero que el gobierno busque que
pase por otro lugar”.
La
dirigente agregó:
“Nosotros
vamos a seguir en la resistencia, no vamos a dejar que el gobierno divida en
dos el territorio del TIPNIS y por eso estamos en protesta para que el gobierno
nos escuche”[2].
La noticia continúa:
Una comisión interinstitucional conformada
por Cáritas Bolivia, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia
(APDHB) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que visitó a
las comunidades del TIPNIS, denunció que el gobierno no respetó los usos y
costumbres de los indígenas, además que el número de comunidades consultadas no
coincide con los datos del gobierno[3].
En
otra noticia de ERBOL aparece una denuncia de la comisión verificadora,
conformada por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y la Iglesia Católica,
que recorrió comunidades del TIPNIS para comprobar la consulta hecha por el
gobierno:
Las brigadas del gobierno nacional ingresaron con
regalos y ofrecieron proyectos a por lo menos 35 comunidades del Territorio Indígena
y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS) para hacer la consulta, les hicieron
firmar a los indígenas las actas que decían que estaban a favor de la
construcción de la carretera cuando ellos dijeron que no[4].
La denuncia la hizo el
secretario de Organización de la Subcentral TIPNIS, Bernabé Noza, quien
integró la comisión. El dirigente declaró:
“Les hablaron (a los
indígenas) de la intangibilidad. La consulta debió decir por aquí pasará el
camino, este es el impacto que ocasionará, pero no les dijeron nada de eso,
sólo les dijeron que si querían salud, educación y proyectos; muchos quedaron
confundidos y respondieron que sí, y las brigadas lo tomaron como un sí a la
construcción de la carretera por el corazón del TIPNIS, cuando en realidad su
apoyo era a los proyectos que les ofrecieron”[5].
El dirigente también
declaró que en las 35 comunidades que visitaron se constató que los pobladores
de éstas no apoyaron la construcción del polémico tramo II del proyecto
carretero Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, que atravesaría el núcleo
TIPNIS.
En el
periódico Los tiempos se difunde la
declaración de la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de
Bolivia, Yolanda Herrera, quien se pronunció sobre la consulta efectuada por el
gobierno, después de hacer una evaluación, contando con la información del
recorrido de la comisión. Se pueden resumir sus conclusiones en tres puntos: 1)
Se constataron irregularidades en el desarrollo de la consulta, 2) la consulta
del gobierno sembró división entre las comunidades y las familias, y 3) No se
cumplió ni siquiera con el protocolo de la consulta aprobado por el gobierno[6].
En Otra América de sur a norte, en Radar, se transcribe lo siguiente:
El representante de Cáritas Bolivia,
dependiente de la Iglesia católica, Marcelo Ortega, informó hoy que en cinco
días de recorrido por comunidades del Tipnis (Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro-Sécure), conjuntamente con representantes de derechos humanos,
constataron que el gobierno no cumplió a cabalidad con el protocolo de la
consulta sobre el proyecto carretero que atravesará la zona[7].
El
representante de Cáritas declaró:
“Hemos
podido constatar que el protocolo no se ha cumplido a cabalidad. La consulta
requiere ciertos requisitos, tiene estándares, tiene pasos, tiene
procedimientos y por lo que nos han contado los mismos comunitarios,
lamentablemente no se han cumplido”[8].
Ya con anterioridad,
cuando se desarrollaba la incursión de la “consulta” espuria, se desataron las
denuncias de los dirigentes de las comunidades del TIPNIS:
El ex-corregidor de la comunidad
Puerto San Lorenzo, Hernán Maleca, denunció que el gobierno sólo consultó a
siete de 45 familias que habitan en esa población y hace creer que aceptan la
carretera en medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure
(TIPNIS)[9].
El
dirigente declaró:
“Siete (familias) fueron consultadas en un cabildo pero el saldo no
participó porque se fue a sus chacos, por lo tanto ellos no han visto la
consulta”…“La consulta ha sido totalmente un fracaso, un fracaso, porque
nosotros estuvimos bloqueando como ahora la pista pues no queremos la consulta,
tampoco la carretera en nuestros territorio porque no nos va beneficiar”[10].
En Crónicas de América Latina sale un reportaje que se titula
Desde
la resistencia indígena en la comunidad Santiago, Río Ichoa, Territorio
Indígena Parque Nacional Isiboro-Secure. En el
reportaje se escribe el siguiente relato de la crónica:
Las carreteras del país siempre han estado acosadas
por 2 factores: los impactos de la naturaleza y los bloqueos ocasionados por el
descontento social. Los habitantes del Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro-Secure, TIPNIS, suelen decir “el río es nuestra carretera”, y como tal,
también está sometido al temperamento de la madre tierra y novedosamente al
descontento de sus hijos. Tras haber sido engañados e ignorados por el gobierno
luego de la VIII y IX marcha los indígenas del TIPNIS decidieron resistir en el
territorio contra un proyecto de carretera que intenta ser avalado por una
tardía y fraudulenta “consulta”. Comenzaron templando 2 alambres a lo largo del
Río Isiboro en la comunidad de Gundonovia. El gobierno ha acusado a los
habitantes y autoridades naturales de esta comunidad de impedir el paso del
desayuno escolar y del personal de salud[11].
El reportaje continúa:
No obstante este bloqueo, tiene una particularidad,
es un bloqueo simbólico y selectivo. Dos alambres de púas en los que reza un
cartel “Resistencia digna”, alertan sobre un territorio que le dice NO a la
imposición de una carretera y de una consulta posterior, fraudulenta y de mala
fe. Sin embargo los vivientes del territorio atraviesan esta barrera reduciendo
la velocidad de sus motores o canoas y levantando el alambre lo suficiente como
para permitirse el paso. Entran y salen de y hacia la ciudad de Trinidad sin
ninguna dificultad. Entran y salen porque es su territorio. Sólo el personal
del gobierno, quienes quieren imponer la consulta, está vetado de ingresar en
el TIPNIS. En varias actas, los habitantes del territorio han hecho constar que
el Desayuno Escolar sigue esperando en Los Puentes o en Puerto Geralda, para
ser despachado sin dificultad. Pero el municipio de San Ignacio, aliado del
gobierno se niega a enviarlo y cínicamente acusa al bloqueo de ser la causa
para que el alimento no llegue a su destino. Personal médico, nunca hubo, a
excepción de algunos enfermeros que brillan por su ausencia (igual que los
guardaparques). Un centro de Salud en la comunidad de Santiago (inconcluso por
un negociado) es hoy el dormitorio los murciélagos y anfitrión de la maleza que
atestigua como este elefante blanco carece de quien lo atienda. La misión de
Médicos Canarios que ingresaban a hacer trabajo voluntario en el territorio se
ve imposibilitada de entrar por barreras burocráticas impuestas desde la
gobernación del Beni, aliada del gobierno.
Estos argumentos en contra de la resistencia han
sido tejidos en una especie de prosa de contrainsurgencia para desprestigiar y
criminalizar la protesta social. Son sólo una excusa que además pretende
justificar el fracaso de la consulta. No pudiendo ingresar al territorio más
que por helicóptero o avioneta, aprovechando que la gente está trabajando en
sus chacos, el gobierno ha comenzado una campaña de desinformación, sumado a la
infiltración de comunarios y profesores afines a cambio de favores, prebendas y
en muchos casos amenazas.
Lo cierto es que el río también se puede bloquear.
A veces la palizada (árboles que arrastra el río) impide o dificulta la
navegación pero también la dignidad sabe ponerle un límite a quien quiere
invadir y dividir un territorio. Dos alambres y un cartel escrito en bolsas de
yute, son el modesto símbolo resistencia que según el gobierno se hace con
financiamiento de “ONGs” y de la “derecha”. Don Cecilio, en la comunidad de
Santiago, donde una red de pesca bloquea el río Ichoa, hizo que su hijo Ramiro
colocase un cartel “Resistencia” prestándose del profe Ismael una cartulina y
un marcador. Al principio, pensé que era un error utilizar un eslogan del
gobierno: “para vivir Bien”. Pero creo que don Ceci, como le decimos, es
callado pero inteligente, y con este modesto cartel quiere enseñarle al Evo, al
Linera y al Quintana lo que realmente significa “Vivir Bien”[12].
A principios de octubre
de 2012, Rugidos de la madre tierra,
difundía información sobre la resistencia en el TIPNIS, acontecimientos que
explican por qué fracasa la primera incursión de las brigadas de la “consulta”.
La información es la siguiente:
La dirigencia indígena en defensa
del Tipnis se reunirá hoy en Santa Cruz, junto a los representantes de los 34
pueblos de Tierras Bajas y otras organizaciones, para analizar una demanda
internacional contra el Estado sobre las irregularidades en el proceso de
consulta y la posibilidad de presentar a un comunario como candidato a las
elecciones de la gobernación en el departamento del Beni. “También analizaremos la propuesta de otra demanda internacional de los pueblos indígenas contra el Estado boliviano ya
que se ha agotado a nivel nacional”, dijo el vocero de este movimiento,
Youcy Fabricano. (…) Por otro lado, una comisión indígena se instaló en Puerto
Totora ayer con el objetivo de continuar la socialización de las consideradas
arbitrariedades en el proceso de consulta[13].
El corregidor del lugar, Macario Noza,
declaró:
“Desmentimos que el Gobierno haya consultado a esta comunidad, estamos
fortaleciendo la resistencia
aquí y en Puerto San Lorenzo y en Gundonovia, los hermanos se han mantenido
firmes”.
Fernando Vargas, dirigente de la Subcentral
del TIPNIS, declaro:
“Es una trampa la información que maneja el Gobierno. Que los indígenas
expresen el apoyo a los temas de salud y proyectos de desarrollo no quiere
decir que acepten la carretera, más bien es una forma de chantaje para
lograr un objetivo que es aceptar la carretera. No hay una mayoría que
acepte la carretera”[14].
La Coordinadora por la Autodeterminación de los pueblos y el medio
ambiente, COODAPMA, Santa Cruz, saca un pronunciamiento:
Ante los últimos
acontecimientos suscitados en torno al Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro-Sécure y la toma de las instalaciones de la CIDOB, las y los componentes
de esta organización emitimos este nuevo
PRONUNCIAMIENTO
1. Condenamos de la manera más enérgica la barbarie promovida por el gobierno entre hermanos indígenas al financiar a algunos dirigentes y grupos de choque para que vayan a violentar la sede de los pueblos indígenas de tierras bajas resquebrajando la fortaleza de la unidad de las naciones indígenas. Estos hechos de seguro tienen también el objetivo de distraer y disminuir las fuerzas en la lucha por la defensa del TIPNIS.
1. Condenamos de la manera más enérgica la barbarie promovida por el gobierno entre hermanos indígenas al financiar a algunos dirigentes y grupos de choque para que vayan a violentar la sede de los pueblos indígenas de tierras bajas resquebrajando la fortaleza de la unidad de las naciones indígenas. Estos hechos de seguro tienen también el objetivo de distraer y disminuir las fuerzas en la lucha por la defensa del TIPNIS.
2. Repudiamos el uso que hace
la gente del gobierno, de algunos indígenas de la nación Ayorea, que debido a
su condición de extrema pobreza, en una ciudad que los discrimina, se ven
obligados a sobrevivir a cualquier precio. En su momento ellos fueron
expulsados también por los megaproyectos transnacionales y los terratenientes,
un gasoducto y una carretera y continúan siendo acechados por la minería y los
traficantes de la misma tierra que antes fue su gran territorio.
3. Como Coordinadora no
defendemos los intereses de ningún dirigente en particular, ni estamos a favor
ningún grupo a la cabeza de la CIDOB, sostenemos que debe prevalecer ante todo
la unidad de la organización indígena y que deben ser las bases las que hagan
respetar sus decisiones sin intervenciones de fuerzas estatales. Propugnamos la
independencia del movimiento indígena frente al gobierno y la vieja derecha,
aliados en la defensa del sistema capitalista, la opresión de las distintas
nacionalidades indígenas y enemigos de las luchas de los sectores sociales.
4. Rechazamos de manera
contundente la falsa consulta posterior en el TIPNIS, que no es ni previa, ni
libre, ni informada y que además de no cumplir ninguna de las formalidades del
legalismo y los fallos de los tribunales, está cocinada para favorecer los
intereses transnacionales y de los grandes propietarios cocaleros para ocupar
dicho territorio.
5. Condenamos la muerte del
hermano campesino Ambrosio Gonzales Rojas quien demandaba atención a sus
demandas en la localidad Caranda y llamamos a la ciudadanía y organizaciones de
base del pueblo boliviano a estar atentos a estos conflictos y ante cualquier
acción represiva del gobierno en el TIPNIS, pues el rechazo a la consulta post
en varias comunidades es evidente. Sólo la movilización activa en las ciudades
hará conocer al mundo los atropellos del gobierno del MAS vendido a las
transnacionales y opresor de los indígenas[15].
La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), ante los graves sucesos de
división de la CIDOB, ocasionados por intervenciones del gobierno, saca un
manifiesto público. En el manifiesto la organización matriz guaraní se propone
recuperar la unidad y la independencia política e ideológica de la
Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB)[16].
Como se puede ver estamos ante la secuencia de una férrea resistencia,
en sus distintas fases, en sus diferentes contextos, contando con sus concretas
coyunturas. El sólo hecho de la resistencia anula cualquier pretensión del
gobierno de legalidad y de legitimidad de la “consulta” espuria. Ante esta
realidad contundente el gobierno responde con tozudez, haciendo declaraciones
optimistas, desde el punto de vista oficial, justificando, en principio los
retrasos por el mal temporal, por la conspiración de ONGs, también por la
intervención de la derecha, por el interés de algunos dirigentes; mostrando,
después, el avance de los resultados, siempre a favor de la “consulta”
gubernamental; por último, presentando los resultados positivos de la
“consulta”, concluyendo que la mayoría quiere la carretera. Lo que queda claro
de todo este itinerario del atropello cometido contra los pueblos indígenas es
que el gobierno quiere “sí o sí” la carretera, que la quiere imponer “sí o sí”,
pese a quien pese, le guste o no le guste a quien sea. Es difícil tragarse este montaje, esta marcha
forzada de una “consulta” que no lo es; no cuenta con la credibilidad de la
opinión pública, ni está avalada por la estructura normativa de la consulta con
consentimiento, previa, libre e informada. Los funcionarios involucrados hacen
denodados esfuerzos por manifestar credibilidad. Tampoco sus expresiones son
convincentes. Todo lo que hacen corresponde a un ritual; hay que mostrar
optimismo burocrático, hay que formar un bloque de complicidades, hay que
aparentar solvencia y seguridad, hay que mostrar estadísticas de la
“mayoritaria” aceptación de la carretera, hay que cumplir con la voluntad del
poder. Empero, todo ocurre como el deslizamiento de un doble desenlace
polarizado; uno, que corresponde a la versión del gobierno; el otro, que
corresponde a la versión de la resistencia del TIPNIS, a la que se suman las
voces de otras organizaciones y otras instituciones, como las de Derechos
Humanos, la Defensoría del Pueblo, la comisión verificadora, organismos
internacionales, organizaciones sociales. ¿Cuál versión es real y cuál
ficticia? ¿Acaso depende de quién lo dice? Las versiones tienen que ser
contrastadas con los hechos, la secuencia de hechos, las evidencias, los
acontecimientos, además de ser contrastadas con la Constitución, los convenios
internacionales, la estructura normativa y conceptual de la consulta con
consentimiento, previa, libre e informada.
Por otra parte, hay que ver en todo este itinerario de la “consulta”
una secuencia de síntomas. La obcecación gubernamental por la carretera que
atraviese el núcleo del TIPNIS es un síntoma, que tiene que ser interpretado a
partir de sus muestras; muestras de un discurso que habla de geopolítica de la
Amazonia, que habla también de integración interdepartamental, así como
pronuncia palabras como progreso, desarrollo, atención a la salud y a la
educación de las comunidades. Muestras también de contrastes inexplicables,
como proponerse una carretera que beneficie a las comunidades trazando un recorrido
donde no hay comunidades, salvo dos, trazo que, sin embargo, une a dos ciudades
intermedias, Villa Tunari y San Ignacio de Moxos, que no se encuentran el en
TIPNIS. Muestras también que tienen que ver con el insólito esfuerzo desmedido
del gobierno por convertir la batalla del TIPNIS en su batalla principal,
arriesgándolo todo. Así como muestras que tienen que ver con los discursos de
descalificación gubernamental de la resistencia del TIPNIS, acusándolos desde
conspiradores hasta aliados de la derecha, incluso del imperialismo. Todas
estas muestras hacen un cuadro y permiten un diagnóstico. El TIPNIS se ha
convertido en el lugar deseado, en el objeto oscuro del deseo, en el imaginario
gubernamental, el lugar de la demanda; también el lugar del vacío, el agujero
negro, que debe ser ocupado por el bien del Estado. Es como si en este
territorio se realizara una guerra secreta, la guerra entre el Estado-nación y
el Estado plurinacional, entre lo viable y la utopía, entre el modelo real,
pragmático, y el modelo ideal, constitucional. Que también puede ser
comprendida como una guerra consigo mismo, del proceso, proceso desgarrado en
sus propias contradicciones profundas. Es como se llevara al extremo las cosas,
las consecuencias, los actos y las acciones, conflictuando hasta sus límites a
una “consciencia” desgarrada, a una “consciencia” culpable. Ocurre también como
si no se pudiera parar este derrotero; un comportamiento que apuesta a la
fatalidad.
El diagnóstico es complicado; nos encontramos ente la “enfermedad” del
poder, ocasionada por el poder, que tiene que ver con el descontrol inscrito en
los engranajes del poder. Es como si el poder adquiriera vida propia,
independiente de sus relaciones, de los sujetos sociales que entablan
relaciones; es como si el poder se autonomizara, se tragara a sus componentes
subjetivos, les imbuyera de un halito extraño y descomunal. Los gobernantes
serían gobernados por otras fuerzas que no controlan. Parece una condena o un
embrujo. ¿Cómo explicar sino por qué no se opta por una actitud sensata, de
espera, en vez de la beligerancia y la imposición por la fuerza? ¿Si se está
tan convencido del proyecto, de los beneficios del proyecto, de los propios
argumentos, por qué no esperar, deliberar abiertamente, buscar el convencimiento,
dándose todo el tiempo, evitando la confrontación, ganándose mas bien la
confianza? El guión parece repetirse en todos los gobiernos progresistas, en
todos los procesos que se proponen cambios y transformaciones, sean reformistas
o revolucionarios; el Estado es también una lógica y un diagrama disciplinario.
Dejemos en suspenso lo que ya dijimos, las hipótesis sobre la
geopolítica del IIRSA, sobre el modelo extractivista, sobre el compromiso con
las empresas trasnacionales, sobre el compromiso con la expansión de la
frontera agrícola, en ella, con la expansión de los cultivos de la hoja de coca
excedentaria; dejemos en suspenso la hipótesis de la administración
gubernamental en beneficio de la recomposición de la burguesía, la alianza
entre la vieja burguesía y los nuevos ricos[17];
concentrémonos ahora en la sintomatología gubernamental. Sobre todo porque no
parece “racional” lo que hace el gobierno, arriesgar su destino en el TIPNIS.
Llamemos a las anteriores hipótesis empíricas, que obviamente tienen que ser
contrastadas y verificadas; lo que proponemos es detenernos en una hipótesis
teórica, de interpretación teórica del recorrido sintomático del gobierno.
Lo primero que hay que observar es la condición y las características
del Estado; este aparato, esta maquinaria, este instrumento, que se presenta
como campo burocrático, no ha cambiado, es el mismo, el Estado-nación. No se
construyó, ni se dieron pasos para construir el Estado plurinacional
comunitario y autonómico, no se efectuaron las transformaciones institucionales
y estructurales que se requiere para hacerlo. Apartándonos, por ahora, de la
discusión de si este Estado, con los atributos y las condiciones de
plurinacional, comunitario, autonómico e intercultural, es posible, es viable, debate
respecto al cual tenemos una posición, precisamente a favor del
desmantelamiento del Estado-nación y la transición hacia el Estado
plurinacional, diremos que, si se mantiene el Estado-nación, se conservan
también sus diagramas de poder, entre ellos el diagrama colonial. Por lo tanto,
se siguen las lógicas y las estrategias inscritas en el mapa institucional y
normativo de este Estado. Las personas, los grupos, los entornos, los partidos,
son componentes provisorios de estructuras sedimentadas y consolidadas. Hay
matices, claro está; hay márgenes de maniobra. Se dibuja la particularidad de
la coyuntura, del periodo gubernamental en curso; empero bajo un mismo formato.
Para liberarse de este condicionamiento estructural no hay de otra que demoler
estas estructuras heredadas, construir otra institucionalidad, adecuada a los
horizontes abiertos por los movimientos sociales anti-sistémicos
contemporáneos. Optar por el realismo político, por el “pragmatismo” de sentido
común, es incursionar por n-esima vez por el laberinto insondable de los
diagramas de poder heredados, pretendiendo engañarlos con juegos de astucias.
En este laberinto se lleva las de perder, perderse en el laberinto,
ilusionándose en la desolación que se avanza, que se está encontrando la salida,
cuando más nos perdemos en los embrollos y círculos viciosos.
Para el Estado-nación, no sólo para los funcionarios de turno, los
territorios indígenas son un anacronismo, son un atentado a la unidad soberana
del Estado. La lógica institucional del Estado-nación no puede permitir
autonomías, libres determinaciones, autogobiernos, pues atentan contra la
soberanía nacional. Esta lógica e “ideología” fue vertida, a su modo, por los
discursos de los altos dignatarios del gobierno. El nacionalismo de las élites
criollas y nativas, que se opone al pluralismo de las multitudes, de los
pueblos y comunidades. Las burguesías de un tipo o de otro, de un color o de
otro, requieren del Estado moderno, de la unidad y homogeneidad de la
maquinaria, de las instituciones, de las normas, de la administración y de la
gestión, que garanticen el funcionamiento del mercado y del modo de producción,
distribución, circulación, comercialización y consumo capitalista. En tanto que
las comunidades, las naciones y pueblos indígenas originarios, los movimientos
sociales anti-sistémicos, requieren de la profundización radical de la
democracia, llevando esta profundización a la transformación del mapa
institucional, al pluralismo institucional y al ejercicio de la democracia
participativa. El conflicto del TIPNIS, sus sinuosos decursos, la secuencia
ornamentada de los comportamientos gubernamentales, los desenlaces en las
distintas coyunturas, sobre todo el desenlace de una “consulta” espuria,
muestran fehacientemente que el Estado-nación sigue vigente, que lo que se
ataca, precisamente, es al germen del Estado plurinacional, que se encuentra
enunciativamente en la Constitución y que se encuentra fácticamente en los
territorios indígenas.
Ahora bien, la “consulta” espuria
no dejara de ser ilegal e ilegitima haga lo que haga el gobierno; la propaganda
y la publicidad no cambian estas características, tampoco la culminación de la
“consulta”, la presentación de sus resultados, el cuadro de sus proporciones,
que pueden también ser tomadas como las proporciones de la ilegitimidad, de la
ilegalidad, de la violencia, la imposición y la manipulación. Tampoco cambiara
la característica ilegal e ilegitima de la “consulta” que el gobierno termine
imponiendo la carretera, que llama irónicamente “ecológica, partiendo en dos el
territorio indígena y parque, por la zona más vulnerable ecológicamente. Lo
único que habrá hecho el gobierno es sellar, marcar, inscribir, la violencia
estatal en los cuerpos de los pueblos indígenas, en los espesores territoriales
de la madre tierra, en la memoria intangible de la historia política. El
gobierno progresista pasara a la historia como sepulturero del Estado
plurinacional así como el estalinismo y la burocracia del socialismo real
pasaron como sepultureros de la revolución proletaria. Al respecto habría que
decir que no es tan valido que la historia la hacen los humanos bajo
determinadas condiciones y no a su libre albedrío, sino que estas condiciones
terminan haciendo la historia, repitiéndola como una condena o un mito. De aquí
es conveniente volver al planteamiento de Walter Benjamin de salir de la
historia, escapar de la historia, como escritura del espacio-tiempo moderno,
como historia universal, que es la historia del logo-centrismo, del
fono-centrismo y del falo-centrismo, la historia de la dominación colonial y
capitalista. De lo que se trata es de ingresar a otros espacios-tiempos, los
espacios-tiempos creados por la potencia social, como curvaturas
espacio-temporales ocasionadas por los espesores de la potencia social,
creativa y alterativa.
[4] ERBOL: Comisión dice que Gobierno chantajeó y engañó
a 35 comunidades del Tipnis; La
Paz, 07 diciembre 2012.
[5] ERBOL: Comisión dice que Gobierno chantajeó y engañó
a 35 comunidades del Tipnis; La Paz, 07 diciembre
2012.
[6] Los tiempos: La consulta dejó división. Cochabamba, 7 de diciembre de 2012.
[7]
Otra América de Sur a Norte, Radar: La consulta del TIPNIS no se está realizando
según el protocolo. Por ERBOL Comunicaciones; La Paz; diciembre de 2012.
[8] Ibídem.
[9]
ERBOL: Indígenas denuncias que en Puerto San Lorenzo sólo
se consultó a 6 de 45 familias. Puerto San Lorenzo,
TIPNIS, 25 septiembre 2012.
[10] Ibídem.
·
[11]
América latina, Crónicas, Reportajes: Bloquear el río. Desde la resistencia
indígena en la comunidad Santiago, Río Ichoa, Territorio Indígena Parque
Nacional Isiboro-Secure, Bolivia, septiembre de 2012. El reportaje salió publicado el 6 de octubre
de 2012.
[12]Ibídem.
[13] Rugidos de la madre tierra.
Colectivo en defensa de los derechos de los pueblos indígenas originarios en
Bolivia: 44 comunidades niegan la
consulta en el TIPNIS y el INE no logra información de 40. Lunes 9 de
octubre de 2012. Rugidosdelamadretierra@gmail.com
[14] Ibídem.
[15]
La Coordinadora por la
Autodeterminación de los pueblos y el medio ambiente, COODAPMA, Santa Cruz: Pronunciamiento. Santa Cruz de la Sierra, 1 de agosto de 2012.
[16]
APG. Asamblea del Pueblo
Guaraní: Manifiesto público. Magna
Asamblea Nacional; 24-25 de julio de 2012.
[17] Ver, entre varios artículos, de Raúl
Prada Alcoreza TIPNIS: el agüero negro
del gobierno. Bolpress 2012; La Paz.
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