LOS TIEMPOS: Confirmando que uno de los más serios problemas que se ciernen sobre nuestro departamento, cuyo potencial explosivo puede cualquier momento salir de todo control, es el relativo a la tenencia y el uso de la tierra, durante la última semana se ha desencadenado un nuevo enfrentamiento, esta vez entre pobladores de Sipe Sipe y Vinto.
Las maneras como tal fenómeno se manifiesta son variadas, pero todas tienen algunas características en común. La presión demográfica sobre el suelo y la insuficiencia de las leyes, normas e instituciones vigentes para administrar el conflicto, son dos de ellas.
Conflictos limítrofes entre provincias, municipios y submunicipios, e incluso entre Organizaciones Territoriales de Base son parte de las manifestaciones del problema. Enfrentamientos entre propietarios de tierras dedicadas a las faenas agrícolas y loteadores deseosos de urbanizarlas, es otra. Y como si eso fuera poco, tras unos y otros grupos de presión, se multiplica la labor depredadora de loteadores, burócratas, abogados y traficantes de influencias que ven en esos litigios una muy rica veta a ser explotada sin ningún tipo de escrúpulos.
Las advertencias que a diario se hacen sobre las funestas consecuencias económicas, políticas, sociales, legales, medioambientales que tal situación puede traer consigo abundan. De nada sirven, sin embargo, pues la omisión parece haber sido adoptada como norma de conducta de las autoridades de todas las instancias del aparato estatal. Gravísimo error, pues al paso que vamos, cuanto más tiempo se deje pasar más difícil será afrontar el problema.
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