LOS TIEMPOS: A causa de problemas técnicos y por falta de mercado, el inicio de la producción de litio metálico se posterga hasta el año 2016 y la de baterías de litio hasta 2020, informó ayer el gerente nacional de recursos Evaporíticos, Luis Alberto Echazú.
El experto Juan Carlos Zuleta señaló que el mercado avanza a grandes pasos y consideró que lo que el Gobierno busca es tiempo para consolidar la tecnología de la que carece la planta.
“Hay tropiezos (…). El proyecto industrial es muy grande (...) vamos a empezar
la producción industrial en el último trimestre del 2016, quizá antes, dependiendo la velocidad de evaporación, el clima… pero en la construcción estamos avanzando mucho”, dijo Echazú a Erbol.
Resaltó que entre los problemas para iniciar la producción está la falta de mercados para la venta y que recién en unos seis o siete años habrá una explosión en la industria.
“Hay problemas sobre todo en el mercado que todavía no despega, pero en el seguimiento que hemos hecho años atrás en la industria de litio, las baterías de litio, va a arrancar con fuerza después del 2020, eso dicen los estudios de mercado”, dijo.
Zuleta dijo que argumentar falta de mercados es una “escapatoria” puesto que en los últimos tres años la producción se duplicó y se producen 200.000 toneladas de litio al año.
Explicó que, inclusive, la demora de Bolivia en ingresar al mercado está ocasionando ciertos desajustes, pues al no haber suficiente provisión de litio de salmuera (que es el que tienen Chile, China y Argentina), el mercado optó por el litio mineralizado, lo que le permitió a Australia, país con yacimientos en roca, convertirse en uno de los principales actores del mercado.
Pero la extracción es costosa y, aunque aún no hubo presión en el precio, el alza podría tener ciertos efectos como incentivar la aparición de sustitutos como el hidrógeno.
En octubre de 2010, el presidente Evo Morales dijo que el objetivo de la industrialización del litio era lograr hasta 2013, o 2014 como máximo, que Bolivia produzca 30.000 toneladas métricas de carbonato de litio cada año y 700.000 de cloruro de potasio, cuya venta generaría una recuperación anual de 374 millones de dólares.
Según estimaciones de Zuleta, hasta la fecha debieron invertirse unos 25 millones de dólares y la primera fase aún no fue concluida. La razón, según el experto, es la inadecuada tecnología ya que se quiso reproducir las condiciones de producción en el desierto de Atacama, en Chile, que son diametralmente opuestas a las de Uyuni. Puso como ejemplo que el tiempo de evaporación en Atacama es de 14 meses frente a los 36 en Uyuni y también la escasez de lluvias en Atacama, a diferencia de Uyuni, donde sí llueve.
Añadió que el proyecto recibió un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB) destinado a las fases 2 y 3. Si los recursos fueron empleados en la fase 1, entonces habría malversación.
La recuperación del crédito no es una preocupación actual para el BCB, según el ex presidente del esa entidad, Armando Méndez, porque representa un reducido porcentaje de su cartera; pero lo que sí debe preocupar, es lo que sucederá si más empresas estatales, impulsadas con créditos del BCB, sufren retrasos.
Patente China
Para ilustrar la lenidad con la que el Gobierno maneja el tema, el experto Juan Carlos Zuleta señaló que se entregaron muestras a algunas potencias para ser analizadas. Corea descubrió que se puede obtener cátodos de litio a partir de salmuera y quiso cobrar por la investigación, aunque al final no lo hizo; pero patentó el procedimiento. Este año se firmó un contrato de riesgo compartido para explotar cátodos de litio que está estancado, sólo avanzará si el Gobierno cumple con el pago de la patente a Corea.
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