PRONUNCIAMIENTO RENAMAT: Como es de conocimiento público año tras año las aguas ácidas de la mina San José son descargadas sin tratamiento alguno, estas aguas acidas recorren la ciudad por el canal Tagarete e ingresan a los lagos Uru Uru y Poopó, fuente de vida para las comunidades que viven y conviven con el lago. Es un problema tan serio que afecta a la ciudad, también a las comunidades aledañas a los lagos y a toda la población de Oruro, por ello las decisiones no pueden ser pensadas solo en beneficio de un solo sector y menos si tienen característica privada.

Y cuál es la responsabilidad de las empresas y
cooperativas mineras que han operado y operan en esta zona y en Oruro? Hasta
ahora no hay ninguna muestra de resarcimiento de daños sociales y menos se
habla de remediación ambiental.
Por ello desde la Red Nacional de Mujeres en Defensa
de la Madre Tierra nos sumamos al pedido de la población Rancho Quitaya, de los
pesqueros y también en calidad de comunidades afectadas por empresas mineras,
por lo cual decimos:
- Basta de contaminación por actividades extractivas,
hasta ahora se invierte en estudios pero el tratamiento de las aguas no llega,
mucho menos se habla de remediación ambiental, no se puede seguirse bombeando y
contaminando sin pensar en el daño a las comunidades, al lago, a la
biodiversidad y a la seguridad alimentaria.
- Exigimos que
se respeten los derechos fundamentales a vivir en un ambiente sano y saludable
como señala el art. 33 de la Constitución Política del Estado, que se respeten
los derechos de los pueblos indígenas y basta de vulneración de los derechos de
las mujeres de las comunidades aledañas,
esta es una forma de violencia contra las mujeres porque se está atentando el derecho al agua,
al patrimonio, a la salud, al trabajo y a la vida de las mujeres.
- Debe existir un plan integral de remediación
ambiental en todo el recorrido de las aguas acidas bombeadas por la mina san
José y también se debe trabajar en reglamentar la minería en zonas urbanas.
- No estamos en contra del derecho al trabajo de los
cooperativistas mineras, pero de igual forma con el bombeo de las aguas acidas
hacia los lagos se está atentando contra nuestro derecho al trabajo y la vida
en las comunidades.
Basta
de subvencionar la contaminación, busquemos soluciones de fondo que respeten
los derechos de todas y todos.
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