3 de abril 2019
Petrobras y YPFB Chaco ingresaron a la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía para ejecutar proyectos de exploración y explotación hidrocarburífera con polémicos trámites > El pulmón de Tarija está amenazado y “fábrica de agua” más grande de Bolivia y el área con más vegetación en el país está en riesgo, según los pobladores
Las empresas petroleras Petrobras y YPFB Chaco ingresaron a la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía para ejecutar sus proyectos de exploración y explotación hidrocarburífera con polémicos trámites legales, situación que causó la reacción de varias comunidades indígenas y entidades ambientales que se oponen a estas acciones porque temen que podrían causar un desequilibrio ambiental.
Figuran, por ejemplo, dos consultas previas realizadas en la zona (con comunidades seleccionadas), una rezonificación de la reserva en 2014 con “sospechosos huecos” para que calcen los pozos exploratorios y el rechazo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) a dos recursos interpuestos contra las autorizaciones de intervención de las empresas.
Según publicación de Los Tiempos, estas denuncias son expuestas por el investigador del Centro de Documentación e Investigación Bolivia (Cedib), Jorge Campanini, y respaldadas por las dirigentes de Tariquía Barbarita Meza y Lourdes Zutara.
El presidente de YPFB Chaco, Eduardo Paz, mostró al diario tarijeño El País la ficha ambiental lograda en octubre pasado y dijo que tras las consultas sólo “unas 20 personas” de Chiquiacá que se oponen a los proyectos.
Campanini explica que, efectivamente, se hicieron dos consultas entre septiembre y octubre del año pasado, entre los ministerios de Hidrocarburos y de Medioambiente, en las que se utilizaron metodologías distintas para lograr respuesta positiva. Tampoco se consultó a todos. En Chiquiacá, por ejemplo, sólo se visitó una de sus tres comunidades. Además, explica Campanini, muchas comunidades fueron tentadas con la promesa de recibir, de acuerdo a ley, el 0,4 por ciento del costo del proyecto por daños y afectaciones.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas es otra instancia que recibe un porcentaje y que termina aprobando la ficha ambiental. Además, llama la atención una “rezonificación” realizada en 2014 sobre el tratamiento ambiental que debe recibir cada lugar, y en la que se abren “huecos” en los que calzan los puntos para los nuevos pozos, explica Campanini.
Por lo demás, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) rechazó dos recursos interpuestos contra las obras, a pesar haber sido observado todas estas irregularidades.
TEMEN POR EL AGUA
Los pobladores sostienen que el pulmón de Tarija está amenazado y ven que la considerada “fábrica de agua” más grande de Bolivia y el área con más vegetación en el país está en riesgo.
El principal temor en Tariquía es la contaminación de los ríos. No quieren que sus hijos consuman esa agua que será contaminada con la explotación hidrocarburífera. Los tres afluentes en la zona, Orozas, Chiquiacá y Tarija, están amenazados.
Existen tres ingresos para llegar al área: por el municipio de Entre Ríos, por la localidad de Padcaya y por Bermejo. Tariquía tiene 26 comunidades y todas, menos dos, están en contra de la exploración y explotación de hidrocarburos.
Por otro lado, nació una plataforma de activistas en defensa de la reserva Tariquía de Tarija, son un grupo de jóvenes que se denominan “Los Jucumaris de Tariquía” y a través de Instagram han convocado a toda la población a sumarse a la defensa de este parque natural que se ve amenazado por la exploración petrolera, pese a la resistencia de las comunidades cercanas.
“Hola somos los Jucumari de Tariquía y queremos salvar nuestra reserva. Así que, si tú también disfrutas de la naturaleza, del agua fresca y crees que los jóvenes merecemos un futuro, entonces eres un Jucumari y te estamos buscando ¡Ponte de pie, que nos escuchen rugir! #TariquiaNoSeToca #TodosSomosJucumari”, señala el mensaje publicado en la cuenta.
En tanto, el Gobierno afirma que el proyecto exploratorio se desarrollará y lamenta que existan posiciones en contra, a las que tilda de políticas. Estima ingresos de $us 5.000 millones de renta petrolera con este proyecto, además de empleos directos.
“INVASIÓN” DE LA RESERVA
De acuerdo con reportes desde la ciudad de Tarija, Petrobras avanzó sobre el área de San Telmo Norte, mientras que YPFB Chaco, lo hizo en el área de Astillero, ambas empresas con resguardo policial.
El diario El País sostiene que el área de San Telmo atraviesa la zona de protección estricta, el corazón de la reserva, y se extiende hacia el norte, cruzando a la provincia de O’Connor por Chiquiacá, que fue concedida 60% a Petrobras y 40% a YPFB Chaco.
El área de Astillero está al oeste, hacia Bermejo y Caraparí, en la zona catalogada como de “uso moderado” y pegada al área de Churumas, que sí atraviesa la zona de protección estricta de la Reserva aunque tiene dos pozos perforados hace más de 20 años en zona moderada.
Según El País, en San Telmo y Chiquiacá, los comunarios se resisten a la perforación de los pozos Domo Osso X1 y X2, pues viven en una zona especialmente productiva de choclo y maní “y no acaban de encontrar sentido a los riesgos que se pretenden asumir”.
En Astillero, todos los vecinos del Distrito 11 de Padcaya por donde atraviesa, están de acuerdo y han entregado todos los permisos. “Más bien nos están exigiendo que empecemos” afirmó el gerente de YPFB Chaco, Eduardo Paz, a medios tarijeños.
En tanto, el 1 de marzo dirigentes del cantón Chiquiacá informaron que luego de una reunión entre pobladores, un representante de Petrobras y de la Policía, se determinó que la estatal brasileña se retire de la Reserva Natural de Tariquía, para que se levante el bloqueo en la zona y se ingrese a un cuarto intermedio.
Se habría firmado un compromiso para una nueva reunión se realizará el próximo 25 de marzo entre ambas partes.
Las empresas petroleras Petrobras y YPFB Chaco ingresaron a la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía para ejecutar sus proyectos de exploración y explotación hidrocarburífera con polémicos trámites legales, situación que causó la reacción de varias comunidades indígenas y entidades ambientales que se oponen a estas acciones porque temen que podrían causar un desequilibrio ambiental.
Figuran, por ejemplo, dos consultas previas realizadas en la zona (con comunidades seleccionadas), una rezonificación de la reserva en 2014 con “sospechosos huecos” para que calcen los pozos exploratorios y el rechazo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) a dos recursos interpuestos contra las autorizaciones de intervención de las empresas.
Según publicación de Los Tiempos, estas denuncias son expuestas por el investigador del Centro de Documentación e Investigación Bolivia (Cedib), Jorge Campanini, y respaldadas por las dirigentes de Tariquía Barbarita Meza y Lourdes Zutara.
El presidente de YPFB Chaco, Eduardo Paz, mostró al diario tarijeño El País la ficha ambiental lograda en octubre pasado y dijo que tras las consultas sólo “unas 20 personas” de Chiquiacá que se oponen a los proyectos.
Campanini explica que, efectivamente, se hicieron dos consultas entre septiembre y octubre del año pasado, entre los ministerios de Hidrocarburos y de Medioambiente, en las que se utilizaron metodologías distintas para lograr respuesta positiva. Tampoco se consultó a todos. En Chiquiacá, por ejemplo, sólo se visitó una de sus tres comunidades. Además, explica Campanini, muchas comunidades fueron tentadas con la promesa de recibir, de acuerdo a ley, el 0,4 por ciento del costo del proyecto por daños y afectaciones.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas es otra instancia que recibe un porcentaje y que termina aprobando la ficha ambiental. Además, llama la atención una “rezonificación” realizada en 2014 sobre el tratamiento ambiental que debe recibir cada lugar, y en la que se abren “huecos” en los que calzan los puntos para los nuevos pozos, explica Campanini.
Por lo demás, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) rechazó dos recursos interpuestos contra las obras, a pesar haber sido observado todas estas irregularidades.
TEMEN POR EL AGUA
Los pobladores sostienen que el pulmón de Tarija está amenazado y ven que la considerada “fábrica de agua” más grande de Bolivia y el área con más vegetación en el país está en riesgo.
El principal temor en Tariquía es la contaminación de los ríos. No quieren que sus hijos consuman esa agua que será contaminada con la explotación hidrocarburífera. Los tres afluentes en la zona, Orozas, Chiquiacá y Tarija, están amenazados.
Existen tres ingresos para llegar al área: por el municipio de Entre Ríos, por la localidad de Padcaya y por Bermejo. Tariquía tiene 26 comunidades y todas, menos dos, están en contra de la exploración y explotación de hidrocarburos.
Por otro lado, nació una plataforma de activistas en defensa de la reserva Tariquía de Tarija, son un grupo de jóvenes que se denominan “Los Jucumaris de Tariquía” y a través de Instagram han convocado a toda la población a sumarse a la defensa de este parque natural que se ve amenazado por la exploración petrolera, pese a la resistencia de las comunidades cercanas.
“Hola somos los Jucumari de Tariquía y queremos salvar nuestra reserva. Así que, si tú también disfrutas de la naturaleza, del agua fresca y crees que los jóvenes merecemos un futuro, entonces eres un Jucumari y te estamos buscando ¡Ponte de pie, que nos escuchen rugir! #TariquiaNoSeToca #TodosSomosJucumari”, señala el mensaje publicado en la cuenta.
En tanto, el Gobierno afirma que el proyecto exploratorio se desarrollará y lamenta que existan posiciones en contra, a las que tilda de políticas. Estima ingresos de $us 5.000 millones de renta petrolera con este proyecto, además de empleos directos.
“INVASIÓN” DE LA RESERVA
De acuerdo con reportes desde la ciudad de Tarija, Petrobras avanzó sobre el área de San Telmo Norte, mientras que YPFB Chaco, lo hizo en el área de Astillero, ambas empresas con resguardo policial.
El diario El País sostiene que el área de San Telmo atraviesa la zona de protección estricta, el corazón de la reserva, y se extiende hacia el norte, cruzando a la provincia de O’Connor por Chiquiacá, que fue concedida 60% a Petrobras y 40% a YPFB Chaco.
El área de Astillero está al oeste, hacia Bermejo y Caraparí, en la zona catalogada como de “uso moderado” y pegada al área de Churumas, que sí atraviesa la zona de protección estricta de la Reserva aunque tiene dos pozos perforados hace más de 20 años en zona moderada.
Según El País, en San Telmo y Chiquiacá, los comunarios se resisten a la perforación de los pozos Domo Osso X1 y X2, pues viven en una zona especialmente productiva de choclo y maní “y no acaban de encontrar sentido a los riesgos que se pretenden asumir”.
En Astillero, todos los vecinos del Distrito 11 de Padcaya por donde atraviesa, están de acuerdo y han entregado todos los permisos. “Más bien nos están exigiendo que empecemos” afirmó el gerente de YPFB Chaco, Eduardo Paz, a medios tarijeños.
En tanto, el 1 de marzo dirigentes del cantón Chiquiacá informaron que luego de una reunión entre pobladores, un representante de Petrobras y de la Policía, se determinó que la estatal brasileña se retire de la Reserva Natural de Tariquía, para que se levante el bloqueo en la zona y se ingrese a un cuarto intermedio.
Se habría firmado un compromiso para una nueva reunión se realizará el próximo 25 de marzo entre ambas partes.
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