Caritas Bolivia lamenta que el Gobierno no deje sin efecto el decreto que autoriza el desmonte en Beni y Santa Cruz, y que fue puesto en vigencia por el expresidente Evo Morales.
Pagina SIETE, 24 de Mayo 2020. Con el objetivo de evitar incendios en la Amazonía, la Pastoral Social Caritas Bolivia emitió un pronunciamiento en el que pide derogar el Decreto Supremo 3973 que autoriza el desmonte para actividad agropecuaria en los departamentos de Santa Cruz y Beni. La norma fue promulgada el 9 de julio en Trinidad, Beni por el expresidente Evo Morales.
“Los habitantes de la Amazonía boliviana además de enfrentar las consecuencias de los incendios de 2019 ahora enfrentan una pandemia mundial, sin dejar de mencionar enfermedades que se han llevado a muchos como es el dengue”, indica el pronunciamiento de la Iglesia, en el cual lamentan que contrariamente a las políticas que intentan restringir la deforestación, se mantenga en vigencia el Decreto Supremo 3973.
Caritas Bolivia advierte que este territorio rico en diversidad, se encuentra en constante degradación debido a la permanente tala de árboles, la quema de cultivos, la ampliación de la frontera agrícola, los proyectos carreteros y los asentamientos ilegales en parques, reservas y territorios indígenas, que empeoran los efectos provocados por el cambio climático. Y ahora se ve afectado por los efectos de la pandemia
“En la Amazonía los incendios de gran escala están asociados con la sequía, la deforestación y la explotación incontrolada de terreno para cultivo por parte del sector agropecuario. Cada año, se identifican chaqueos con el fin de preparar el terreno para la siembra o para la crianza de ganado, generando muchas veces focos de calor, que al no ser controlados pueden convertirse en incendios de gran magnitud”, señala la instancia de la Iglesia Católica.
Ante la continua y progresiva amenaza de la deforestación y los incendios, la Pastoral Social Caritas Bolivia propone que en un corto plazo se controle el incremento de los focos de calor en la Amazonía y Chiquitanía Boliviana; además de identificar y sancionar las actuales quemas indiscriminadas, a través de la derogación del Decreto Supremo 3973, entre otras medidas necesarias.
EL brazo social de la Iglesia Católica pide también que a mediano y largo plazo, el Gobierno pueda apoyar a las poblaciones indígenas y comunidades afectadas año tras año por desastres de incendios; implementar mecanismos de prevención y mitigación de riesgos naturales; construir con los pueblos indígenas y comunidades amazónicas, acciones de desarrollo sostenible con ecología consciente; e implementar programas de acceso al agua y riego.
La Amazonía boliviana constituye el 43% del territorio nacional; abarca a los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, en un total de 88 municipios. Se encuentra poblada por 1.266.379 habitantes y compuesta por 29 pueblos indígenas, campesinos, interculturales (colonos) y afrodescendientes, que principalmente viven de la caza, pesca, recolección y de los pequeños cultivos en sus chacos. Producen plátanos, yuca, hortalizas, arroz, maíz y ortos, sobre todo destinado a la subsistencia familiar.
“Los habitantes de la Amazonía boliviana además de enfrentar las consecuencias de los incendios de 2019 ahora enfrentan una pandemia mundial, sin dejar de mencionar enfermedades que se han llevado a muchos como es el dengue”, indica el pronunciamiento de la Iglesia, en el cual lamentan que contrariamente a las políticas que intentan restringir la deforestación, se mantenga en vigencia el Decreto Supremo 3973.
Caritas Bolivia advierte que este territorio rico en diversidad, se encuentra en constante degradación debido a la permanente tala de árboles, la quema de cultivos, la ampliación de la frontera agrícola, los proyectos carreteros y los asentamientos ilegales en parques, reservas y territorios indígenas, que empeoran los efectos provocados por el cambio climático. Y ahora se ve afectado por los efectos de la pandemia
“En la Amazonía los incendios de gran escala están asociados con la sequía, la deforestación y la explotación incontrolada de terreno para cultivo por parte del sector agropecuario. Cada año, se identifican chaqueos con el fin de preparar el terreno para la siembra o para la crianza de ganado, generando muchas veces focos de calor, que al no ser controlados pueden convertirse en incendios de gran magnitud”, señala la instancia de la Iglesia Católica.
Ante la continua y progresiva amenaza de la deforestación y los incendios, la Pastoral Social Caritas Bolivia propone que en un corto plazo se controle el incremento de los focos de calor en la Amazonía y Chiquitanía Boliviana; además de identificar y sancionar las actuales quemas indiscriminadas, a través de la derogación del Decreto Supremo 3973, entre otras medidas necesarias.
EL brazo social de la Iglesia Católica pide también que a mediano y largo plazo, el Gobierno pueda apoyar a las poblaciones indígenas y comunidades afectadas año tras año por desastres de incendios; implementar mecanismos de prevención y mitigación de riesgos naturales; construir con los pueblos indígenas y comunidades amazónicas, acciones de desarrollo sostenible con ecología consciente; e implementar programas de acceso al agua y riego.
La Amazonía boliviana constituye el 43% del territorio nacional; abarca a los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, en un total de 88 municipios. Se encuentra poblada por 1.266.379 habitantes y compuesta por 29 pueblos indígenas, campesinos, interculturales (colonos) y afrodescendientes, que principalmente viven de la caza, pesca, recolección y de los pequeños cultivos en sus chacos. Producen plátanos, yuca, hortalizas, arroz, maíz y ortos, sobre todo destinado a la subsistencia familiar.
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