Los Tiempos, La Paz, 31 de Mayo 2020
El tratamiento y debate para el uso de semillas transgénicas en Bolivia continúa y diferentes sectores han manifestado su apoyo o rechazo a esta futura media.
Es el caso de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap) que rechazó el Decreto Supremo 4232 que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer los procedimientos abreviados para la evaluación de semillas genéticamente modificadas.
Este sector que representa a los pueblos de las tierras bajas del departamento de La Paz asegura que el posible uso de transgénicos atenta el derecho a un medioambiente saludable y el de los pueblos indígenas.
“Esta disposición ilegal, además de ser inconstitucional por no tener rango de ley, atenta contra el derecho a un medio ambiente sano y demás derechos subjetivos de los pueblos indígenas originarios campesinos, que además siempre fuimos quienes demandábamos inversión al productor campesino para garantizar la seguridad alimentaria”, menciona en su pronunciamiento.
El documento también expresa que la introducción de los primeros cinco cultivos transgénicos (maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya) será lo que dará paso a otros, lo cual pondría en riesgo la existencia de los pueblos.
El tratamiento y debate para el uso de semillas transgénicas en Bolivia continúa y diferentes sectores han manifestado su apoyo o rechazo a esta futura media.
Es el caso de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap) que rechazó el Decreto Supremo 4232 que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer los procedimientos abreviados para la evaluación de semillas genéticamente modificadas.
Este sector que representa a los pueblos de las tierras bajas del departamento de La Paz asegura que el posible uso de transgénicos atenta el derecho a un medioambiente saludable y el de los pueblos indígenas.
“Esta disposición ilegal, además de ser inconstitucional por no tener rango de ley, atenta contra el derecho a un medio ambiente sano y demás derechos subjetivos de los pueblos indígenas originarios campesinos, que además siempre fuimos quienes demandábamos inversión al productor campesino para garantizar la seguridad alimentaria”, menciona en su pronunciamiento.
El documento también expresa que la introducción de los primeros cinco cultivos transgénicos (maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya) será lo que dará paso a otros, lo cual pondría en riesgo la existencia de los pueblos.
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