lunes, 27 de enero de 2014

GOBIERNO PROMUEVE DIVISIÓN PARA DEBILITAR Y CONTROLAR ORGANIZACIONES SOCIALES

OPINIÓN: La estructura heterogénea del Movimiento Al Socialismo (MAS), basada en los movimientos sociales, y su objetivo por lograr la reelección del presidente Evo Morales obliga al oficialismo dividir y debilitar a las organizaciones sociales opositoras al Gobierno a través del paralelismo para controlar estas entidades con el objetivo evitar obstáculos al proyecto hegemónico del proceso de cambio.
A esta conclusión llegan opositores, analistas y un exDefensor del Pueblo quienes identificaron los casos concretos de los indígenas de la Amazonia de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob) que se desmarcaron del Gobierno,
 Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) última entidad que no había sido perforada por el oficialismo y recientemente en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), que había mostrado actitudes contrarias al Ejecutivo.
El exDefensor del Pueblo y rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Waldo Albarracín, advirtió que la “institucionalidad democrática” no está siendo sostenida de manera “ideal” en la actual coyuntura y se está subordinando al órgano político para intereses de partido.
La diputada disidente del oficialista MAS y denominada “librepensante”, Rebeca Delgado, denunció el sometimiento “abusivo” que pretende ejercer el Gobierno a las organizaciones opositoras, a través de la división y promoción de organizaciones afines, utilizando bases sindicales y complicidad de la Policía.
“Es peligroso tener en el país una Policía que no responde a los intereses de un pueblo sino a los intereses de la cúpula política del MAS”, cuestionó.
El diputado opositor de Convergencia Nacional (CN), Franz Choque, develó que no es extraño el “autoritarismo” del MAS para promover el “paralelismo” de las organizaciones que no comulgan con la política gubernamental.
“El Gobierno de Evo Morales quiere monopolizar las instituciones porque no acepta la disidencia y si no lo consigue promueve la división, como pasa en la Asamblea Legislativa en la oposición, pretendiendo generar dos bancadas opositoras y eligiendo en las directivas a la gente vendida de la oposición”, denunció.
RECHAZO OFICIALISTA Sobre estas versiones, el exdiputado y actual delegado presidencial de la Agenda Patriótica, César Navarro, restó importancia a esas afirmaciones y ratificó que la esencia del MAS y del gobierno de Morales son los movimientos sociales que han demostrado ser el pilar de esta realidad política.
Considera que el darle crédito a pequeños grupos de disidentes en organizaciones que mostraron dos representaciones es más mediático. Recomendó dejar a las organizaciones resolver sus diferencias de forma democrática.
En tanto que la expresidenta del Senado, Gabriela Montaño, declaró que “es normal” que en alguna organización haya “tensiones internas” y que sean perforados por intereses políticos opositores que pretenden desvirtuar la esencia de un movimiento social.
En cambio el diputado oficialista, Rodolfo Calle, manifestó que la derecha opositora y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) afines a los intereses del imperialismo estadounidense calaron algunas entidades sociales y que para recuperarlas es necesario la reconducción democrática.
DEBILIDAD ESTRUCTURAL Varios movimientos sociales se aglutinan en el gobiernista MAS y adquieren representación política. Los grupos más grandes son la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin), la Federación Sindical de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB).
En el caso de las organizaciones indígenas que son parte del MAS hay ambigüedad, ya que tanto el Conamaq y como la Cidob inicialmente fueron parte del partido, sin embargo, se dividieron y formaron dos instancias paralelas de cada organismo: uno afín al partido de gobierno y otro en desacuerdo.
“El MAS es el que articula a estos movimientos sociales y para defender su homogeneidad y evitar debilidades en la estructura del proyecto del MAS, se debe reconducir entidades cuando existen intereses foráneos que desdibujan la institucionalidad”, aseveró el diputado del partido gobiernista, Jaime Medrano, representante de los mineros estatales.
El oficialista reconoció que la compleja estructura de sectores sociales que conforman al MAS es una de sus fortalezas, sin embargo, en determinados momentos es también su debilidad, al no coincidir los intereses de aquellos con el norte ideológico del partido.
En otros términos, expresa algo similar la analista María Teresa Zegada, quien apunta que el “gran desafío” del MAS no es “llegar al poder” como para otros partidos, porque más bien lo hizo rápido, sino construir su institucionalidad organizativa, basada en los movimientos sociales.
“Ese afán de fortalecer la estructura institucional motiva a controlar a la mayor cantidad de organizaciones sociales y si existen disidentes trata de conquistarlos”, aseveró.
Disputas en torno a la APDHB develan injerencia
La imagen de una entidad imparcial defensora de derechos humanos de la ciudadanía de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) quedó cuestionada al develarse la injerencia política opositora y oficialista, de acuerdo a políticos y analistas.
El grupo que tomó la sede de Derechos Humanos fue encabezado por la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz (APDHLP), Teresa Zubieta, persona a quien identifican como afín al Movimiento Al Socialismo (MAS).
GENTES AFINES En el MAS aseguran que la APDHB está siendo tomada por gente afín a los opositores Unidad Nacional (UN) y el Movimiento Sin Miedo (MSM) y pretende utilizarlo como un frente político en desmedro de las acciones gubernamentales.
La presidenta de la APDHLP, Amparo Carvajal, rechazó esa acusación y denunció que el Gobierno pretende tomar la APDHB a través de una organización paralela dirigida por la activista Teresa Zubieta.
“Ya la tomaron la Asamblea de La Paz. Ese grupo dice que ya tiene seis departamentales (…), pero el objetivo es la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, su objetivo para hegemonizar las instituciones defensoras de los derechos democráticos”, manifestó Carvajal.
CREDIBILIDAD E IMAGEN El analista político Marco Antezana consideró que el hecho de que se haya visto injerencia política de opositores y oficialistas en la APDHB deja cuestionada la imagen de esta entidad.
Reflexionó que cuando esa institución actúe en contra del Gobierno se asumirá que está siendo manejada por opositores, pero cuando sea contemplativa a aparentes violaciones de derechos humanos, se dirá que es funcional al oficialismo.
“Hay consignas político-partidarias que están afectando a la institucionalidad de la Asamblea y auguramos una reconducción transparente para rescatar una imagen imparcial”, señaló.
En esa línea el diputado opositor Franz Choque lamentó que se haya infiltrado el interés político partidario en la Asamblea, pues dijo que deja cuestionada su imagen idónea.

La Cidob y Conamaq debilitadas apoyan a Evo
Para evitar un rearme opositor a partir de las organizaciones disidentes al Gobierno, las bases del Movimiento Al Socialismo (MAS) lograron perforar, dividir y conseguir el apoyo de una fracción para el objetivo de la reelección del presidente Evo Morales.
FRACCIONAMIENTO  “Divide y reinarás” frase cesariana y maquiavélica parece ser la consigna del MAS cuando no logra apoyo unánime de una organización y la que se aplicó en la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), que tienen dos fracciones, una de oposición y la otra afín al Gobierno.
El descabezamiento de la Cidob sucedió en 2012. El oficialismo promovió y luego reconoció como legítima líder a Melva Hurtado, por encima de la decisión de la estructura orgánica que eligió a Adolfo Chávez.
Hurtado participa en los actos importantes del Gobierno y recibe apoyo logístico y financiero del oficialismo. Además adelantó el apoyo al proceso de cambio bajo el liderazgo de Morales.
Un sector de los aymaras llamados opositores está dirigido por Freddy Bernabé, elegido en diciembre del año pasado con apoyo de Rafael Quispe. Mientras el dirigente del Conamaq cercano al MAS, Gregorio Choque e Hilarión Mamani, comprometió campaña a favor de Evo Morales.
FINANCIAMIENTO Ambas organizaciones están divididas pero en desigualdad de condiciones porque la Conamaq opositora que estaba siendo financiada por la ONG IBIS fue echada del país y se queda sin recursos.
Mientras que la promovida por el oficialismo tiene el respaldo logístico y financiero para conquistar seguidores.
Este panorama se reproduce en los indígenas de la Cidob.
Oposición cuestiona sometimiento de las  entidades
La oposición cuestionó que grupos afines al partido gubernamental dividan organizaciones como la Cidob, Conamaq y ahora en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia y de La Paz con el único propósito de monopolizar el dominio para los intereses del Gobierno de Evo Morales.
“Está claro que el MAS busca monopolizar las organizaciones ya sean no gubernamentales (ONG), de indígenas, campesinos, derechos humanos hasta inmiscuirse en la oposición, entre otros, pero con la única finalidad de acaparar el poder desde las organizaciones”, aseveró la senadora opositora Centa Rek.
Además denunció que estas acciones muestran el carácter autoritario del Gobierno, que “se molesta porque no quiere ser considerado con este denominativo”.
El diputado de la opositora Convergencia Nacional (CN) Tomás Monasterios atribuyó el intento de toma de la APDHB a la estrategia conocida del oficialismo de alentar el paralelismo para tomar instituciones.
“Usó los mismos mecanismos en el caso del Conamaq y Cidob”, declaró y consideró que se trata de “una actitud torpe y antidemocrática” del Gobierno.
“Quieren eliminar y aniquilar las críticas”, advirtió el dirigente político del MSM Edwin Herrera, quien lamentó que estos hechos sucedan en democracia.
Para Herrera, la disidencia en el MAS y el Gobierno no existe, por tanto no hay democracia.
Sin embargo, el diputado del MAS, Rodolfo Calle, negó que se trate de una “toma” de las instalaciones de la APDHB, y justificó el papel de la Policía en sentido de que debe preservar la integridad física de los activistas y de sus bienes inmuebles.
“Esas organizaciones donde existen conflictos están siendo generados por la oposición que quieren dividirlos para debilitar a las bases del MAS que son disciplinadas y no se va a dejar”, advirtió.

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