lunes, 17 de noviembre de 2014

LA “MUERTE LENTA” DE UN GLACIAR, EL TESTIGO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

PÁGINA SIETE: Antes de llegar al glaciar, se alza en medio del camino el cementerio de Milluni  y de fondo se observa el nevado Huayna Potosí. El contraste  es  impresionante, pero adquiere relación cuando una especialista del Instituto Boliviano de la Montaña (IBM) menciona que su trabajo es como una suerte de documentar la "muerte lenta” de un glaciar.
"Hoy en día, los glaciares nos indican lo que pasa con el cambio climático”, afirma Dirk Hoffmann, director de esa institución. Johanna Homberg, integrante de ese equipo, asegura que los glaciares "son como termómetros del mundo”. Es decir: son víctimas y testigos de primer orden del calentamiento global.
Página Siete visitó la "lengua” (la parte más baja) del glaciar Zongo, que se ubica en las faldas del Huayna Potosí.  El viaje a la zona, que se ubica a 4.900 metros sobre el nivel del mar,    dura tres horas, dos que se realizan en vehículo y el resto  que debe transitarse   a pie.
  
Al inicio del recorrido  a través de la caminata se vislumbran distintos refugios, que atienden a los eventuales visitantes que aspiran a llegar hasta la cima del nevado. De rato en rato, uno se topa con andinistas que van de bajada  y que horas antes lograron alcanzar la cima.
En el área sobresalen piedras que tienen una especie de manto oscuro, como una   mancha. Hoffmann sostiene que hasta ahí llegaba la capa de los glaciares, aunque, claro, hace miles de años. La situación actual, explica, es radical: una "aceleración” del deshielo de los glaciares. 
Eso hace que el panorama no sea tan alentador. Los distintos cambios en la temperatura y eventos climáticos como sequías, inundaciones y el deshielo de glaciares, en realidad, son efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero que se efectuaron en los años 80 y 90.
"Eso significa -asegura Dirk, quien dirige la expedición- que si en todo el mundo dejáramos a partir de mañana de emitir gases de efecto invernadero, la temperatura  del mundo estaría aumentando por dos o tres décadas más. Si frenamos las emisiones, el aumento de temperatura seguiría”.
En el caso de las urbes de esta región, el mayor riesgo por el aumento de temperaturas está en el aprovisionamiento de agua. Según información proporcionada por el Instituto Boliviano de la Montaña, en el caso de las ciudades de La Paz y El Alto  el agua de los glaciares representa entre el 10% y 15% de sus recursos hídricos, porcentaje que en época seca puede elevarse hasta el 27%.
  En el lugar del deshielo
Al llegar al lugar indicado, Dirk afirma: "Aquí está un glaciar que tiene vida, aunque está en un proceso de retroceso”.
De inmediato muestra una fotografía que data de 1995, del mismo espacio.  El deshielo es evidente: donde antes llegaban los márgenes de un imponente manto blanco, hoy caen chorros de agua que alimentan una laguna de color gris. Es probable que el color -afirma el especialista- se deba a la ceniza, las partículas de diésel  y el polvo del altiplano. 
Un espectador de primera línea  de aquel cambio es Pedro  Quispe, quien es guía  de montaña desde hace 15 años  y que además  comenta que la primera vez que visitó esa área, hace diez años, "había unos 100 metros más de glaciar y las paredes eran de hasta 30 metros de nevada”. En cambio, en la actualidad  el panorama es diferente, refiere. "Hay bastante agua corriendo, lo que ha hecho crecer el lago, que antes  era bastante pequeño. Ahora estamos muy tristes por ver el deshielo y vemos más roca por todo lado”, asegura.
   Hoffmann es un especialista  que junto a otros investigadores  decidió crear el IBM con el fin de estudiar las montañas, como suele referirse a los nevados. Tiene un  afán sin igual con las fotografías y es por  su  efectividad. Afirma que el aumento de gases de efecto invernadero "no se ve”  y que "el ser humano requiere darse cuenta qué está causando”. 
"Obvio, hay datos estadísticos, pero son  accesibles para quien estudió a esos niveles; en cambio, para muchas personas comunes y corrientes un impacto visual es mucho más entendible”. 
Está claro: una imagen vale más que mil palabras  y el objetivo de la visita a la zona es  conocer  los impactos del calentamiento y el retroceso acelerado de los glaciares bolivianos, dirá después
 Exposición revela  el deshielo de glaciares 
Una muestra fotográfica que compara imágenes   antiguas de glaciares con fotos  actuales de los mismos lugares  se inagurará esta jornada,   a las 18:30, en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore.
La exposición se denomina Glaciares Bolivia: 12 testigos del cambio climático en Bolivia, y busca sensibilizar a la población sobre los efectos del calentamiento global, a través del cotejo  de  imágenes históricas y tomas actuales  de los principales glaciares del país.
La muestra, que consta de 24 fotografías,  está organizada por el Instituto Boliviano de la Montaña y tiene el auspicio del  Fondo Climático de la Embajada de la República Federal de Alemania en Bolivia.
Alicia de Mier, una de las organizadoras, afirmó que se apeló a este tipo de  comparación   debido al alto impacto que tiene una imagen para la mayoría de la población.
"No tienes  que entender cosas científicas,  pero ves el cambio y eso también te hace pensar. Los glaciares son como una imagen muy fuerte del cambio climático”, afirma.
Johanna Homberg, otra de las impulsoras, asegura que los glaciares "son como  termómetros del mundo”.
La muestra estará abierta al público desde el  martes 18 al viernes 21 de noviembre.

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