Estamos seguros
que los últimos años transcurridos han significado muchos avances en los
diversos temas que son materia de preocupación, pero principalmente de
ocupación de las personas que acompañan y son parte de procesos de articulación
frente a la minería en América Latina.
Sabemos que en
terreno el trabajo es arduo y que las dificultades son mayores aunque no tan
significativas como los logros. Sin duda tenemos
muchas experiencias que compartir. Existen muchos proyectos mineros que
amenazan nuestras comunidades y ecosistemas. Pero también existen cada vez más
proyectos detenidos por acción de las comunidades y sus organizaciones.
Hoy en día la
minería transnacional tiene que lidiar -de acuerdo a los analistas del sector-
con dos “enfermedades”: por un lado, el alto costo de los precios de producción
vs bajas en los precios de los metales, especialmente el oro. Por otro, la
creciente falta de “licencia social” y oposición de las comunidades afectadas.
La ley que prohíbe
la minería en Costa Rica, el caso Cabañas de El Salvador, la lucha por el
Yasuní en Ecuador, el suspendido proyecto de GreyStar en el Páramo de Santurban
en Colombia, Tía María en el sur del Perú, Pascua Lama en la frontera entre
Chile y Argentina se cuentan entre las inversiones paralizadas que suman
decenas de miles de millones de dólares.
Tal vez por ello
la criminalización de la protesta social va en aumento y no distingue gobiernos
tradicionalmente neoliberales de gobiernos llamados alternativos. En ambos, la
criminalización de la protesta es creciente. Son cientos las y los dirigentes
que sufren persecución, amenazas, acoso e incluso secuestros y muerte.
Las recientemente
conocidas acciones de espionaje en Brasil que nos recuerdan a la “Operación
Diablo” del Perú, afectando directamente a personas de gran entrega que
pertenecen a nuestra red que son nuestras y nuestros amigos son hechos graves
que se repiten en nuestra región.
De otro lado, las
propuestas que apuntan al post extractivismo y los procesos que nos pueden
llevar a sociedades no extractivistas calan más hondo en las reflexiones de
quienes nos enfrentamos a la minería.
Nuevos fenómenos
deben ser incorporados en nuestros análisis. Las inversiones mineras dentro de
la región provenientes de algunos de nuestros propios países nos demandan
estrategias específicas para afrontarlas. Es el caso de Vale en Brasil y sus
incursiones en la región, y la estatal Codelco de Chile en Intag, norte del
Ecuador. Es en este
contexto que les convocamos a sumarse al V Encuentro internacional del OCMAL,
con el fin de contribuir a las iniciativas de nuestra red, revisar y reafirmar
los compromisos en la lucha contra la injusticia y el atropello de la minería
en América Latina.
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