Las mujeres regantes de Tacagua e integrantes de Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra, nos cuentan que Challapata se caracteriza por tener la Represa de Tacagua que aprovisiona de agua para riego a los 1200 usuarios y sus familias organizados por zonas. Challapata, gracias a la represa de Tacagua tiene vocación productiva agrícola, ganadera y lechera, reconocida por leyes nacionales y municipales, con un fundamental aporte a la seguridad y soberanía alimentaria del país.
Sin embargo
empresas transnacionales mineras como la Canadiense Castillan Resourse
continúan con intentos de explotar oro a cielo abierto del cerro Achachucani, que
paradójicamente se encuentra frente a la represa de Tacagua, lo cual atentaría
directamente sobre el agua, la producción, los derechos y la vida.
Pero la
unidad de los 1200 usuarios de la represa de Tacagua y el rol de las mujeres, ha
consolidado estos 25 años de resistencia al extractivismo minero, con
movilizaciones expulsaron a tres empresas mineras a lo largo de estos años,
mejoraron su sistema de riego, estan promoviendo el turismo y luchando por la
aprobación de una ley de aguas que sea para la vida y no para la mina.
Las mujeres regantes
de Challapata mantienen viva la resistencia minera en la organización. Ser
parte de una Red de Mujeres hace que ellas puedan respaldarse en las
experiencias de otras mujeres y sus comunidades que tienen minería, y que
sufren por los impactos ambientales en el territorio y en sus cuerpos.
Se capacitan e intercambian experiencias en la escuela de Defendoras Warmi Yaku en alianza con el Colectivo CASA, organizan talleres con videos, imágenes y
testimonios de otras hermanas que viven con minería y los impactos mostrando la contaminación del agua, del suelo,
el nacimiento de animales con deformaciones, la preocupación y la violencia
medioambiental que genera daños en la integridad de las mujeres, en la calidad
de vida y en los derechos. También
promueven la valoración del trabajo en el campo de las mujeres, el uso
eficiente del agua, la capacitación con intercambios desde experiencias de otras
comunidades sobre alternativas productivas, ferias, reuniones con autoridades
con propuestas de principios para proteger el agua.
Muchas veces el rol de las mujeres es invisibilizado pero son ellas quienes garantizan la logística en las movilizaciones, desde muy temprano preparan los alimentos, pastorean a sus animales fabrican queso y derivados lacteos. Experimentan sobrecargas de trabajo para poder asistir a las reuniones, talleres, y no dejan de cuidar a sus hijos y familia.
Son quienes
con visión futurista defienden el agua, la salud, la producción y su legado
territorial, son quienes recuerdan la han expulsado tres veces a las mineras
transnacionales que pretendían engañar
ofreciendo trabajos temporales en
Challapata.
También
reconocen que muchas veces son los varones quienes lideran la organización pero
desde hace algunos años las mujeres están tomando espacios como juezas de agua,
presidentas zonales y permanentemente fortaleciendo su liderazgo con
capacitación, porque reconocen que deben estar fuertes y activas en la lucha para
defender su territorio, sus familias al agua y defender a la Madre Tierra.
Por todo ello
queremos resaltar el valor de las mujeres regantes y defensoras de la Madre
Tierra, que son un puntal en estos 25 años de resistencia al extractivismo
minero y por muchos más años.
Colectivo
CASA, noviembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario