Este
8 de marzo nos sumamos a las voces de millones de mujeres en todo el mundo. Nos
manifestamos contra todas las violencias patriarcales, contra los llamados a
guerras injustificadas que sólo tienen el fin de alimentar un capitalismo genocida. Desde el colectivo
CASA, saludamos a las Defensoras de la Madre Tierra y conmemoramos su lucha,
haciendo un llamado urgente al accionar de los pueblos para frenar la
maquinaria de violencia y destrucción que amenaza toda forma de vida.
Hoy
las mujeres somos tierra, somos agua, somos diversidad, somos vida y somos
lucha. En los territorios devastados por la mega minería, por el cambio
climático y otras formas de despojo, nos levantamos desde la esperanza, desde
el sentido comunitario de la vida, con la certeza de que nuestras ancestras han
sembrado no sólo las semillas que hoy son germen de la resistencia, sino
también la memoria necesaria para reconstruir nuestros modos de vida.
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