El DS 2912 asigna al Gobierno la reforestación del 0,6% y a las comunidades indígenas el 42,6% de un total de 4,5 millones de hectáreas.
El Gobierno de Bolivia presentó en 2015 su Contribución Prevista Nacionalmente Determinada ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Según este compromiso, el país deforestará tres millones de hectáreas hasta 2030. Esta superficie es equivalente a dos veces el área del TIPNIS que alcanza a 1,3 millones de hectáreas.
Para compensar esta deforestación el Gobierno dice que en el país se reforestarán 4,5 millones de hectáreas hasta 2030. Sin embargo, la realidad es que la deforestación avanza a paso acelerado mientras la reforestación se mueve a paso de tortuga.
En el primer programa de Verdades Ocultas: La Hora de la Naturaleza, que se transmite por ERBOL todos los viernes, Arturo Revollo, Marielle Cauthin y Pablo Solón explicaron que entre 2015 y 2018 se reforestaron con plantines menos de 50.000 hectáreas, mientras en ese mismo periodo se deforestaron más de 700 mil hectáreas de bosque lleno de vida y biodiversidad.
Según Marielle Cauthin, el costo de reforestar una hectárea con plantines que tardarán 20 o 40 años en convertirse en árboles es de 1.000 dólares, una cifra superior a la plantación de una hectárea de soya o una hectárea de azúcar. Revollo sostuvo que es antieconómico deforestar para reforestar. “Es como demoler una casa hermosa para luego ir al banco a endeudarse para construir una casa mucho más modesta que tardará 20 o 40 años en estar acabada. Nadie en su sano juicio haría eso”. Solón dijo que el plan de deforestar para reforestar “es una locura que nunca se cumpliría porque para reforestar los 4,5 millones de hectáreas se requieren como mínimo, sólo en plantines, 4.500 millones de dólares, es decir la mitad de nuestra actual deuda externa”.
Otra verdad oculta que se transparentó en el programa es que en el Plan Nacional de Forestación y Reforestación aprobado por DS 2912 el Gobierno se asignó una cuota directa de sólo el 0,6% de la reforestación, mientras las comunidades indígenas y campesinas deberían reforestar el 42,6% de las 4,5 millones de hectáreas que supuestamente deberían reforestarse hasta 2030.
Según Cauthin “la reforestación con plantines en los últimos tres años no ha alcanzado ni siquiera las 50.000 hectáreas, y varios de esos plantines seguramente ya han muerto”. Solón dijo que “la deforestación pasó de 128.043 hectáreas en 2012 a 295.777 hectáreas en 2016, cifra que muestra que la deforestación se duplicó. Al ritmo actual, la deforestación superará tres millones de hectáreas, equivalente a más de dos veces la superficie del TIPNIS que es de 1,37 millones de hectáreas”.
Revollo dijo que “esta situación es en extremo preocupante porque la deforestación agrava desastres naturales que sufrimos en Bolivia y el mundo.
Según la ABC, el derrumbe en la carretera a Caranavi fue producto de la deforestación que ocurrió en la parte superior del camino. Igualmente hay estudios que muestran que la deforestación agrava las inundaciones en otras poblaciones del oriente. Solón enfatizó que “el Gobierno alienta la deforestación que contribuye a los desastres naturales. Nos estamos haciendo el haraquiri”.
La deforestación además contribuye al cambio climático que exacerba los desastres naturales, dijo. En el país un 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero son producto de la deforestación para la agricultura y la ganadería. “Las actuales políticas del Gobierno van a incrementar aún más la deforestación”, concluyeron los participantes en el programa Verdades Ocultas, y citaron como ejemplos: la ampliación del área de desmonte de cinco a 20 hectáreas para propiedades pequeñas y comunitarias establecida en la Ley 741 del año 2015, la Agenda Patriótica 2025 que fija como meta triplicar la población de ganado que es el principal factor de deforestación, los planes de exportación de carne a China, Rusia y Vietnam, y el plan de duplicar las 150 mil hectáreas de plantaciones de caña de azúcar para satisfacer la demanda de etanol.
El programa Verdades Ocultas es una producción de la Fundación Solón, el ISEAT, la Fundación Jubileo y Eco Tambo.
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