Este 15 de mayo, la REPAM y la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), presentaron el Boletín: IMPACTO DEL COVID- 19 EN LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA CUENCA AMAZÓNICA, informe donde han sistematizado el avance de la pandemia en pueblos indígenas de la panamazonía en Brasil, Venezuela, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, Guyana, Guyana Francesa; Perú y Surinam. El Boletín será de publicación periódica, por lo que continuará informando sobre los efectos de la pandemia en los pueblos indígenas amazónicos.
En el caso de Bolivia, las cifras indican que existen 25 casos confirmados, siete fallecimientos, siendo los pueblos Mojeño Trinitario, Yuracaré, Mojeño Ignaciano y Movima, los que han presentado los contagios.
La COICA y la REPAM han llamado la atención a autoridades de los diferentes estados, sobre las condiciones de fragilidad en la que se hallan las comunidades.
El informe constituye un importante esfuerzo por sistematizar datos que reflejan la gravedad de lo que está pasando en la amazonía. Si ciudades amazónicas como Iquitos (Perú), Manaos, (Brasil), o Trinidad (Bolivia), han presentado estallidos de casos de contagio, con sistemas de salud tan precarios, y por tanto con altas tasas de mortalidad ; la situación de los pueblos indígenas de tierras bajas es aún peor, con casi inexistentes servicios sanitarios.
Desde Beni, el segundo departamento más afectado por la pandemia, Marquesa Teco del Territorio Indígena, presidenta de la organización de Mujeres del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, (TIPNIS Beni), en video difundido por la CIDOB orgánica, sostiene: “Nuestra casa grande que es el TIPNIS estamos en riesgo, en emergencia de esta enfermedad coronavirus […] necesitamos ayuda como por decir, remedios, vituallas, alimentos, más que todo eso, para los niños, las mujeres, nosotros los ancianos, porque es para todos, entonces le pedimos encarecidamente a las autoridades, a la presidenta que es beniana, no conoce cómo vivimos, entonces de emergencia estamos solicitando”[
Las comunidades indígenas de tierras bajas en Bolivia, con su producción de alimentos diversa, y afrontando proyectos extractivistas, han podido organizar trancas de seguridad, declarar encapsulamientos como en el caso del territorio indígena en Lomerío, pero necesitan implementos de bioseguridad, y equipamiento en centros de salud, información básica sobre la COVID 19, y ayuda para enfrentar la cuarentena como han venido reclamando en diversos pronunciamientos emitidos desde que se supieron de los primeros contagios en el país. De lo contrario, podría significar un nuevo peligro de muerte y desaparición para pueblos enteros.
En el caso de Bolivia, las cifras indican que existen 25 casos confirmados, siete fallecimientos, siendo los pueblos Mojeño Trinitario, Yuracaré, Mojeño Ignaciano y Movima, los que han presentado los contagios.
La COICA y la REPAM han llamado la atención a autoridades de los diferentes estados, sobre las condiciones de fragilidad en la que se hallan las comunidades.
El informe constituye un importante esfuerzo por sistematizar datos que reflejan la gravedad de lo que está pasando en la amazonía. Si ciudades amazónicas como Iquitos (Perú), Manaos, (Brasil), o Trinidad (Bolivia), han presentado estallidos de casos de contagio, con sistemas de salud tan precarios, y por tanto con altas tasas de mortalidad ; la situación de los pueblos indígenas de tierras bajas es aún peor, con casi inexistentes servicios sanitarios.
Desde Beni, el segundo departamento más afectado por la pandemia, Marquesa Teco del Territorio Indígena, presidenta de la organización de Mujeres del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, (TIPNIS Beni), en video difundido por la CIDOB orgánica, sostiene: “Nuestra casa grande que es el TIPNIS estamos en riesgo, en emergencia de esta enfermedad coronavirus […] necesitamos ayuda como por decir, remedios, vituallas, alimentos, más que todo eso, para los niños, las mujeres, nosotros los ancianos, porque es para todos, entonces le pedimos encarecidamente a las autoridades, a la presidenta que es beniana, no conoce cómo vivimos, entonces de emergencia estamos solicitando”[
Las comunidades indígenas de tierras bajas en Bolivia, con su producción de alimentos diversa, y afrontando proyectos extractivistas, han podido organizar trancas de seguridad, declarar encapsulamientos como en el caso del territorio indígena en Lomerío, pero necesitan implementos de bioseguridad, y equipamiento en centros de salud, información básica sobre la COVID 19, y ayuda para enfrentar la cuarentena como han venido reclamando en diversos pronunciamientos emitidos desde que se supieron de los primeros contagios en el país. De lo contrario, podría significar un nuevo peligro de muerte y desaparición para pueblos enteros.
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