lunes, 24 de marzo de 2014

TRES MILLONES DE PERSONAS CARECEN DE AGUA SEGURA

CORREO DEL SUR: Estando cerca de cumplirse el plazo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015, Bolivia aún tiene índices preocupantes, entre ellos, el acceso al agua. De más de 10 millones de bolivianos, alrededor de tres carecen de agua segura y el 60% de ellos pertenecen al área rural.
Actualmente Bolivia es uno de los países más afectados por el cambio climático, las altas temperaturas derriten sus glaciares y secan sus represas, ya sea por la falta de lluvias o por la evaporación del agua.

Los especialistas coinciden al asegurar que es imposible revertir el cambio climático, pero se puede trabajar para conseguir una adaptación, educando a la gente y emprendiendo medidas como obras de infraestructura tipo represas, que logren capitalizar al máximo las aguas del deshielo, las provenientes de las lluvias y las subterráneas.
Por ejemplo, "en varios municipios de Chuquisaca con rincones pobres y remotos, la escasez de agua ha obligado a miles de habitantes a migrar", manifestó la responsable de Comunicación de Ayuda en Acción, Katherine Argote.
En los últimos años las familias se han visto afectadas por diferentes amenazas naturales provocadas por la sequía, dificultando el abastecimiento de agua para riego e incidiendo directamente en los sistemas productivos tradicionales de las familias, base fundamental de la estrategia de la vida campesina.
A la vez, las comunidades y municipios no cuentan con las capacidades técnicas, operativas y políticas para la prevención y mitigación de amenazas, aumentando su vulnerabilidad.
Ante esta situación, la Fundación Ayuda en Acción junto a PROAGRO (socio local en Chuquisaca) implantó el proyecto: "Gestión comunitaria para la prevención de desastres naturales y efectos adversos del cambio climático, en comunidades campesinas andinas de Bolivia". Inició en octubre de 2011 y concluyó en diciembre de 2013, en 48 comunidades de los municipios de Tarvita y Azurduy beneficiando a más de 7.000 personas con acceso al agua para consumo y riego.
De esta forma, se han construido 30 lagunas artificiales para el abastecimiento de agua de lluvia destinada al riego, permitiendo así mejorar la capacidad de gestión sostenible de los recursos naturales de las familias y garantizar el acceso al uso y disponibilidad equitativa de alimentos.
Una de las familias afectadas por el desabastecimiento de agua para riego, en el municipio de Tarvita, era la de Fidel León, el primer beneficiario de las lagunas artificiales con quien se implementó la autoconstrucción asistida de estas lagunas, con acciones y procesos productivos hortofrutícolas; además de procesos formativos en educación alimentaria nutricional complementarios.
Esta familia se ha convertido en un modelo, que apuesta su base productiva gracias a una laguna artificial, como acción preventiva ante la sequía y el cambio climático

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